[𝑲𝒂𝒄𝒄𝒉𝒂𝒌𝒐] 𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕'𝒔

𝟹.- 𝙿𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚊

Nota inicial

La idea, proviene de un comentario de Luan Mysa en una página Kacchako de facebook. Y, se desarrolla en un gimnasio porque el arte de Niverins de ellos todos sexis en el Gym, me dejó a cuadros.
Dios, son una bomba sexual estos dos.

—Asi que, ¿Ochaco, aceptó irse contigo? —preguntó, un risueño pelirrojo, que observaba a su amigo levantando pesas, mientras esté estaba pendiente de su teléfono que se encontraba en una de las bancas del gimnasio.

El rubio, bajo las pesas y seco su frente tomándose un respiro.

—Hoy me dará su respuesta —dijo quitándole importancia.

Hace un mes, había llegado una propuesta de empleo desde Múnich y no se podía quejar de los términos, pero había un problema. Ochaco, había aceptado ser su novia hace menos de seis meses y no quería dejarla atrás. Le había costado sangre abrirse y dar el gran paso con la cara de angel, como para irse a 10.000 kilómetros de ella.

No dudo ni un segundo en considerar llevarla con él, pero sabía bien que dejar todo, incluso a su familia era algo que quizás ella, no podría abandonar. Aún así, quería ser egoísta y llevársela contra todo pronóstico; Lamentablemente, era su decisión.

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—Es increíble, pero ese bastardo tiene unas manos maravillosas —chilló Mina, al ver a su amiga.

La castaña, la observó en silencio y terminó de calzar sus zapatillas, pues sabía que la pelirosa nunca cambiaría y siempre, le hacia ver los detalles más vergonzosos de su vida con sus comentarios. Además, se había demorado más de lo acostumbrado y sabía que Katsuki, la estaría esperando.

—Lo tomaré como un cumplido y te diré que si no estás lista en 5 minutos, me iré sin ti.

Mina, se sorprendió por la seriedad de su pequeña amiga y se apresuró a cambiarse. Sabía que estaba nerviosa, pero no entendía el porqué. Así que, la dejaría de molestar y estaría ahí, para lo que ella necesitara.

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Las miradas se fueron directamente al pequeño y bien proporcionado cuerpo de Ochaco, quien esquivo todas estas de una manera olímpica. Solo se apresuró a saludar de forma amable al recepcionista,antes de apresurar sus pasos hasta el camarín, dónde abandonó sus pertenencias en un locker de manera desordenada.

Salió de ahí con un top blanco y un leotardo negro ajustado a sus anchas caderas que la hacían lucir en forma y estilizada.

—¿Que sucede? —cuestionó Mina, viendo el rostro serio de la tierna Ochaco, siendo opacado por una mueca de preocupación.