Diario de un pequeño niño lobo

Episodio 1: Mi luna madre

Mientras la luz de la luna llena iluminaba aquella ventana de ese hospital, se hallaba en esa misma habitación de maternidad una mujer , con su correspondiente matrona.
Ambas estaban esperando a un suceso que en muchas madres es el mejor acto de su vida, caso que no sucederá con esta mujer.

La pareja que iba a engendrar tenía una niña de 7 años de edad. Esta era Sara, una niña muy escandalizada y protegida por sus queridos padres. Su gran deseo era poder compartir su infancia con una compañía. Ella quería una hermanita para cuidarla, mimarla y tener alguien con quien no aburrirse y poder estar.
Los padres, para satisfacer el deseo de su hija, decidieron ir a por un descendiente. Si hubiese sido por los padres, ya no habrían tenido más.

Por desgracia para ellos, les llegó en una ecografía, que la que se encontraba dentro del útero no era esa niña deseada por ellos. Una a la que iban a cuidar, proteger y ayudar. Sino un niño, aquel niño que ya no podían abortar. La legalidad de aborto en este país es hasta la semana 14 del embarazo, y cuando puede ser descubierto el sexo del bebé es a las 16 semanas.

Todos se desmotivaron al saber que el que viene en camino no será lo deseado para satisfacer a su hija, sino un tormento que la podrá interrumpir en su exitosa vida que la queda por delante.

Pero ahora, se encontraban en el momento del parto, uno provocado, porque el bebé si hubiese tenido que estar lo normal en el útero, hubiese fallecido, e incluso le podría haber traído complicaciones a su madre.

Aquella mujer, al ver la cabeza de un extraterrestre, se asustó, y juro con un grito al cielo que este será el último y que no habrá ninguno más. Este acto lo presenciaron también el padre y la hija, que ahora será la mayor por tener un hermanito. Pero no estuvieron muy contentos del todo, querían aquella niña perfecta de sus sueños, en cambio, me tuvieron a mi, un hijo no deseado.
Decidieron ponerme de nombre Diego. Y rápidamente las matronas me cogieron para hacerme todas las pruebas.
Todo correcto y nos fuimos para nuestra nueva casa.

Así fue mi nacimiento, a altas horas de la noche, sin ser bien recibido por nadie, solo por aquella luz de la luna, la luna llena, la luna madre.