Episodio 2: Mi hogar

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Mis padres y mi hermana anteriormente vivían en Pulón, un pequeño municipio de la provincia de Ávila. Esto se debía a que mi padre, Sebas, era de allí. Además, toda mi familia paterna vivía allí, desde mis abuelos, hasta mis primos.
El pueblo tenía mucho ocio, mucha gente, buen horario de buses...

Mi hermana iba al colegio de Pulón y tenía muchos amigos, pero ella quería un cambio de aires, algo nuevo, algo más grande. Como resultado, se cambió a un colegio que también era instituto concertado, de nombre: Ravol, que se encontraba en Coro, una ciudad histórica cerca de Pulón.

Pero por alguna razón que desconozco, terminaron mudándose al pueblo de mi madre, Patán, cerca de Pulón. Este pueblo era muy cómodo, pues parte de mi familia materna se encontraba aquí, pero lo malo era su poco ocio, que no se veía a nadie por las calles, sin horario de buses... En definitiva, un mal cambio.

Cuando llegamos del hospital, vi mi nueva casa en ese lugar, era un chalet de ladrillos, con techo rojo. Tenía su encanto al principio, pero, las cosas pasan y se deterioran.
Yo sabía que este sería el lugar en el que tendré que vivir al menos hasta tener un trabajo y poder sustentarme económicamente para poder marcharme.

Por dentro no estaba nada mal la distribución de las habitaciones, tenía en la planta baja: dos patios, una cocina, un gran salón, un garaje y una despensa. Todas estas habitaciones conectadas por un pasillo. Mientras que en el piso de arriba había un baño, la habitación de mis padres, donde dormí mis primeros meses; la habitación de mi hermana, y por último, un pequeño cuarto, que tenía pinta de ser destinado para mi. Sin duda era el peor de la casa, pero algo es algo.

Así fue como pase mi primer año de vida, durmiendo en una cuna al lado de mis padres.
Recalcar varias acciones que ocurrieron en mi primer año de vida. Mi hermana me daba caramelos. De las cinco veces que me dio, las cinco me ahogue, pero en la última casi no lo cuento. Estaba yo todo morado, y si salí vivo esa noche, fue gracias a que la luz de la luna me cegó en el patio, haciendo que me cayera al suelo, y así pudiendo escupir el caramelo. Bendita luna, protección tuya fue lo que me salvó, aquella vez, también luna llena fue.
Las otras cuatro veces solo me tuvieron que dar una palmadita en la espalda y ya, por eso no las reproduzco.

Otro evento importante fue mi primera palabra. La de los niños suele ser mamá o papá, pero la mía no, la mía fue distinta, la mía fue "luna". Yo no pienso que la primera palabra que dice un niño es la más fácil de reproducir, sino a la que más afecto tiene. Por ello, tal vez, esa fue mi primera palabra, porque mi familia no me trató nunca bien. Además, mis padres trabajaban y me dejaron con una niñera, Reme, una mujer buena.

Todo esto fue mi primer año de vida. Ahora solo tenía que esperar otro más y otro más y más, a ver cómo continuará esta historia de un chico "normal".

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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