Capítulo 1: El Encuentro Mágico

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Claudia caminaba por los pasillos del instituto con su mochila cargada de libros y su mente llena de pensamientos. Era una chica tímida y soñadora, con una pasión secreta por la poesía. Aunque leía poemas en su tiempo libre, nunca se atrevía a compartirlos con nadie.

Un día soleado, mientras buscaba un lugar tranquilo para sentarse en la biblioteca, sus ojos se encontraron con los de Alejandro. Era un chico misterioso y carismático, conocido por su talento para tocar la guitarra y su aura enigmática que atraía a todos a su alrededor. Claudia sintió una extraña conexión desde el primer instante en que se miraron, como si el universo les estuviera susurrando secretos al oído.

El destino pareció intervenir cuando Claudia encontró un libro abandonado en una de las estanterías de la biblioteca. Al abrirlo, descubrió que estaba lleno de poemas de amor. Cada página parecía susurrarle al corazón, evocando sentimientos profundos y despertando su pasión por la escritura. Se sumergió en esas palabras llenas de amor y encontró en ellas una vía de escape, un refugio para sus sueños más profundos y sus emociones más intensas.

Con el corazón latiendo fuertemente, Claudia decidió tomar el libro prestado y comenzó a leerlo en secreto. Los poemas la transportaban a un mundo de emociones intensas y románticas. Inspirada, empezó a escribir sus propios versos, plasmando sus sueños y anhelos en cada palabra. Pero siempre guardó sus escritos en la privacidad de su cuaderno, sin atreverse a mostrarle a nadie su talento oculto.

Pero el destino aún tenía más sorpresas reservadas para Claudia. Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó los acordes de una guitarra que parecían fusionarse con los latidos de su corazón. Intrigada, siguió el sonido y, entre los árboles, descubrió a Alejandro tocando una melodía mágica. Su música era como una sinfonía de emociones, capaz de envolverla en un aura de magia y romance.

Sin pensarlo dos veces, Claudia se acercó a Alejandro y, con manos temblorosas, le mostró los poemas que había escrito. Alejandro, sorprendido por la belleza y la sensibilidad de las palabras de Claudia, se dio cuenta de que ella tenía un talento oculto, al igual que él. Le confesó que él también era un apasionado de la poesía y la música, y que sus canciones eran el reflejo de sus sentimientos más profundos.

Juntos, compartieron sus poemas y canciones, creando un vínculo especial entre ellos. Cada verso y acorde se convertía en una danza de emociones compartidas. Claudia encontró en Alejandro un confidente de sus sueños y anhelos, alguien con quien podía compartir sus creaciones más íntimas sin miedo al juicio.

A partir de ese momento, Claudia y Alejandro se convirtieron en compañeros de sueños. Se encontraban en el parque todos los días, compartiendo sus creaciones y explorando.

Susurros del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora