Capítulo 6

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Chaewon

Esperaba impaciente a Yunjin. Estábamos en sábado lo que significaba que no teníamos que ir a la universidad y tenía la mañana libre de sesiones. Decidí invitar a Yunjin a comer a mi casa y luego ir al cine a ver lo que sea.

—Agh, ¿cuando llegara? —susurraba para mi misma mientras daba vueltas por la habitación, desesperada —. Tendría que estar aquí hace ya quince minutos.

El timbre sonó en aquel instante, por lo que baje corriendo por las escaleras.

—¡Abro yo! —grite para que nadie más abriera.

Al llegar a la puerta, arregle un poco mi aspecto y giré el pomo.

—¡Holaa! —dijo, pasando y abrazándome.

—Hola Yun —la salude de vuelta —. Vamos al salón, estaremos más cómodas —ella obedeció y me siguió.

Al llegar, sus ojos se abrieron, admirando aquel lugar gigantesco.

—Wow, esto es realmente grande —asentí.

—De pequeña era mi sala favorita de la casa, me pasaba aquí las 24 horas del día jugando con mis muñecas o con Yeppeun.

—¿Yeppeun?

—Mi cachorro —lo llamé y vino corriendo hasta nosotras —. ¡Hola chico! —baje a su altura para acariciarlo mientras Yunjin me miraba con una sonrisa en la cara —. ¿Quieres tocarlo?

—De acuerdo —se acercó lentamente.

—No muerde tranquila, es muy amigable.

Yeppeun le ladró lo que la hizo retroceder unos pasos. Al cabo de unos segundos, volvió a acercarse y por fin lo acarició.

—Es muy suavecito —mimó su cabeza.

—Señorita Kim —dijo la cocinera —. La comida estará en 5 minutos.

—Gracias, puede retirarse.

—Vaya, ¿tenéis cocinera? —preguntó con inocencia.

—Tenemos cocinera, chofer, sirvienta, guardaespaldas y...

—Vale, vale, me queda claro que eres rica —rió.

Mientras hablábamos vino mi padre.

—Holaa —dijo desde la entrada. Ambas nos giramos.

—Hola papi —me levante a abrazarlo.

—Buenos días señor Kim —dijo Yunjin, haciendo una reverencia.

—Buenos días —saludo de vuelta —. ¿Tu debes ser la famosa Yunjin? Chaewon no para de hablar de ti.

—¡Papá! —enrojecí.

—¿Que he dicho? —Yunjin rió —. Mejor vamos a comer.

Nos dirigimos al comedor. Mi padre encabezaba la mesa mientras que Yunjin y yo nos sentamos una al lado de la otra. Al rato vimos entrar a la cocinera con un gran plato de carne, acompañado de pequeños platos con verduras y otros platos que llevaban tteokbokki, kimbap, etcétera.

—Yunjin —dijo mi padre —. ¿Te importa si bendecimos la mesa? —negó y mi padre junto sus manos —. Gracias Dios por otorgarnos estos alimentos el día de hoy, amén.

—Amén —dijimos al unísono.

Empezamos a comer. Estábamos en silencio, que para nada era incómodo.

—Dime Yunjin, ¿que estudias?

—Actualmente estoy en segundo año de Magisterio. Me gustaría ser profesora de infantil —mi padre sonrió.

SOULMATES  | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora