Capítulo diez

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Me levanté despacio tratando de que Gyron no se despertara, busqué mis pertenencias y cuando me voy a cogerlas una voz me detiene.

 — Que buenas vistas de tu culo tan temprano en la mañana.

 —Idiota— repliqué terminando de tomar todo para ir al baño a cambiarme.

Al terminar no vi al imbécil por ningún rincón así que salí, me encontré con una escena que hubiese preferido evitar ver. Uno de los amigos de Gyron al cual no conozco estaba teniendo relaciones personales con una chica de cabello morado en el pasillo, caminé rápido hasta las escaleras sin mirar atrás. Al bajar estaban todos durmiendo, unos sobre otros, en el suelo, en el sofá, las butacas y hasta sobre las mesas.

Me dirigí a la cocina para preparar café, la resaca me estaba matando, luego de desayunar algo la mayoría de los invitados ya se habían ido.

—Hola hermanita ¿Queda café para mí?—preguntó Niko con una cara que me causó un poco de gracia.

Le fui a preparar el café y cuando se lo entregué me miró con los ojos salidos de su órbita.

—¿Qué traes en el cuello?

Llevé mi mano al lugar que me indicaba y sentí en mi piel algo así como una mordida.

Mi hermano me seguía mirando esperando una respuesta.

—Les tengo una noticia.

Esas cuatro palabras me salvaron de un momento incómodo.

—¿Qué ocurre?—preguntó mi hermano.

—En la madrugada llovió por lo que hay inundaciones en la carretera que da a vuestra casa.

Genial, eso significa quedarnos hoy de nuevo.
Aunque pensándolo bien podría jugarle alguna otra broma a Gyron.

— ¿Entonces que podemos hacer para alegrar el día?

—Vamos a ver películas— propuso Neil entrando por la puerta principal.

—Con palomitas—apoyó Gy.

—Bien, yo hago las palomitas—dije tratando de evitar la mirada de Niko.

Cuando me incorporé a la sala todos estaban acostados, Neil sobre el regaso de mi hermano, unos amigos de Gyron en el suelo sentados y el espacio que quedaba para poder ver bien la película era en el mismo sofá del de los ojos negros.

Con un poco de vergüenza me senté a su lado esperando y pidiéndole a los dioses que no fuera una película erótica pero como mi suerte es una puta mierda sí lo era.

Cuando llegó la escena subida dije que iría al baño, era un momento incómodo que no.quería vivir cerca de Gyron.

Esperé unos cinco minutos y luego me volví a integrar pero no calculé bien porque aún seguía la escena y me empecé a poner nerviosa.

—¿Qué te pasa pequeña, no te gustan esas películas?

No le respondí para evitar crear más tensión cosa que no pude hacer porque sentí su mano acarisiando mi espalda baja a lo que mi cuerpo correspondió con un estremecimiento.

—Joder deja de provocar—susurré tratando de que los demás no escucharan.

—Tú también probocas princesa.

—No digas estupideces yo nunca he jugado con eso.

—¿Segura?— preguntó a lo que di un asentimiento con mi cabeza.

—Pues mira que casualidad que me tienes así desde la l— respondió llevando mi mano a su entrepierna a lo que mi reacción fue retirarla de inmediato.

Dios pero es que este tipo no solo es carita linda, también está bueno.

Concentrate conciencia.

—Pasa algo Alis—dijo mi hermano con cara de que ya había descubierto quien había dejado esa mordida en mi cuello.

—Sí, necesito tomar un baño—respondí subiendo las escaleras hasta la habitación de Neil.

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               Gyron

Después de enseñarle lo duro que me tenía se fue huyendo de la incomodidad y se me ocurrió una idea.

Me dirigí a la habitación de Neil y cerré la puerta con llave, con la punta de los pies me acerqué al baño y sentí el ruido de la ducha, asomé la cabeza y pude divisar la toalla, la tomé y me senté en el sofá a esperar a que saliera, si yo tengo la toalla no le quedaba otro remedio que salir desnuda.

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                     Alis

Me terminé de duchar y al salir no encontré la toalla por lo que supuse que la había dejado sobre la cama.

Salí tarareando una canción.

—Vuelvo a tener buenas vistas, esta vez son mejores.

Cuando me giré confirmé mis sospechas, Gyron estaba sentado con mi toalla en sus manos mientras fumaba un cigarrillo.

—Dame la puta toalla, Gyron—dije sin taparme puesto que ya me había visto y no iba a pasar más vergüenza tratando de esconderme.

—¿Y si no quiero?

— Deja los jueguitos.

—Ven a buscarla y te la doy.

Avancé hasta donde estaba y justo antes de tomar la toalla quedé derribada en el suelo con el idiota sobre mí.

—¿Qué haces?— pregunté nerviosa.

—Lo que debí hacer desde el inicio.

No entendí hasta que sentí sus labios devorando los míos, después de unos segundos dejé que introduciera su lengua en mi boca, la intensidad aumentaba al igual que las tensiones.

—Gyron para- supliqué.

— No quiero.

No entiendo porque dejo que haga esas cosas.

Porque en el fondo te gusta tonta.

Que mal momento para estar desnuda joder.

— Si quisieras que parara me hubieras detenido desde el principio.

Ese es el problema que no quiero que pare.

— ¿Alis estás hay?—preguntó Niko— ¿Puedo pasar?

—No—susurré asustada porque nos encontrara en esta posición.

—¿ Por qué?

— Me estoy vistiendo.

— Te espero.

Miré a Gyron que seguía sobre mí.

— Esta vez te libraste pero tarde o temprano ganaré esta guerra—respondió entregandome la toalla y escondiéndose en el baño.

No sé en que momento la guerra se había convertido en algo perverso.

*En la guerra y en el amor todo se vale*.

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Nota:
El capítulo no está revisado por lo que debe tener errores.

Si les gusta no olviden dejar su estrellita.




Mi tormento #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora