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epílogo

Después de unas largas y dolorosas horas en labor de parto, acompañadas de fuertes gritos y desgarradores sollozos de parte del Omega, al fin ahora el bebé descansaba en los brazos del mismo, con sus ojitos cerrados y suspirando tranquilamente después de llorar por diez minutos, ahora encontraba la paz en el pecho de su padre.

Siendo ambos observados por un curioso alfa y a decir verdad, muy arrepentido también, ver al pequeño cachorrito descansar hizo que todo su sistema se relajara y su lobo tratara de estar lo más cerca posible, dejando libre su aroma para que el cachorro le reconociera como su papá, al igual que YoonGi.

Y cuando escuchó al pequeño llorar, pudo jurar que su corazón se llenó de ternura pura y su lobo saltaba de un lado a otro al ver a su pequeño. Encantado fue el primero en cargarlo, no supo cómo ni el porqué pero sus ojos se llenaron de gruesas lágrimas, un sentimiento naciendo en su pecho y ahora, cuando ya llevaba algunas horas de nacido, sentía cómo cada cosa que dijo en el pasado era una estupidez.

Ver a YoonGi con el bebé entre sus brazos, susurrándole cosas para calmarlo, dando besitos en su cabecita y carita, arrullándolo, todo eso era simplemente hermoso. Su Omega le transmitía todo lo contrario cuando estaba en los primeros meses de gestación, siendo muchas veces tristeza en su mayor esplendor, pero todo eso cambiaba ahora, felicidad pura era lo que sentía el Omega al cargar a su pequeño y rojizo cachorro.

─JiMinie... ─Llamó suavemente el castañito alzando la mirada al Alfa, el azabache rápidamente le devolvió esa mirada ilusionada que mantenía desde que su pequeño cachorrito había venido al mundo. YoonGi sin embargo sonrió algo triste, relamiendo sus labios pasó sus dedos por la cabecita de su cachorro, sintiendo la avalancha de sentimientos venirse encima─ ¿Cómo estás? ─El Alfa le vio ahora confuso, girando su rostro levemente hacia un lado─ Desde que nació tu aroma ha cambiado, le ves con amor y estás muy pendiente de él... ─Comentó sin detener sus caricias─Me hubiera gustado mucho que esa actitud la hubieras mostrado cuando estaba en mi vientre...

El mayor sintió una punzada atravesarle el pecho ante la confesión de su Omega, bajó la mirada culpable por el sufrimiento al que obligó a estar a su pequeño Omega. Se suponía que las cosas debían haber sido así, tal y como lo afirma YoonGi, pero una parte del menor se siente más tranquila al ver que no hay rechazo por parte del cachorrito.

─Lo siento mucho... ─Murmuró sintiendo sus ojos aguarse por las lágrimas que se empezaban a acumular en sus luceros ─ Te he pedido perdón de muchas formas pero sé que mis errores no se curan con palabras... ─Afirmó retirando las gotitas saladas de sus ojos─ Pero te he explicado también mis razones, no son justas pero en ese momento no pensaba bien en ustedes, lo sé, fui muy egoísta... ─Relamió sus labios viendo al bebé removerse un poco en el pecho del menor─ Pero a pesar de todo eso, quiero que sepas que los amo con toda mi vida... ─Confesó viendo al menor sonreír con algunas traicioneras lágrimas en sus mejillas.

─L-lo sé... Siempre supe que nuestro amor superaría lo que estábamos pasando... ─Confesó ─ Aún así... acepto que aún me duele la forma con la que me trataste por tantos meses...

Una mirada dolida fue lanzada al menor, JiMin suspiró suspirando suavemente.

─Quiero hacer las cosas bien a partir de aquí, YoonGi... Yo... sé que te gustaría tener más cachorros ─Dijo y los ojitos del menor se iluminaron ante la idea─ Pero antes de ello... quiero que te cases conmigo...

YoonGi abrió su boquita algo aturdido por la improvista propuesta, el cachorrito se removió algo más pero su padre estaba bastante impresionado por las palabras de su pareja que no le prestó mucha atención.

─¿L-lo dices en serio? ─Su voz tímida y rasposa hizo que su Alfa sonriera enternecido y asintió suavemente dejando al menor con un revoltijo en el corazón─ D-Dios...

─Si quieres claro... ─Murmuró rascándose la nuca algo nervioso.

Hubieran seguido hablando pero el bebé exigió su comida entre la propuesta de matrimonio y las palabras melosas de sus padres, obligando a YoonGi a darle de comer allí mismo.

Fin.