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Soñar no cuesta nada.
Lo que para algunos es considerado una perdida de tiempo, para otros es una forma de escapar de la realidad.A Flore siempre se le consideró como una joven muy extraña; Ya fuera por su manera de pensar, por su forma de ser ó por el hecho de que vistiera pantalones y no vestidos como acostumbraban las mujeres de la época.
En todos los casos, era rara.
—¡Molly llama a Hanna y a Flore para que vengan a ayudar! -Dijo la mujer de cabello café con toques blanquecinos mientras alzaba la voz.
—Estoy aquí madre -canturreó la chica de cabello rubio y piel blanca mientras entraba por la puerta hacía la cocina.
—Oh, Dios, Hanna, ¿Qué hacías? Pronto iremos al local y necesitamos toda la ayuda posible. ¿Dónde está Flore?
—Lo más seguro es que esté en ático, ó viendo por aquella ventana otra vez. -Mencionó Molly mientras miraba con desdén- Sabes lo rara que és.
—No llames a tu hermana así -reprochó la mujer- y ve a llamarla que partiremos pronto.
La pelicafés asintió y caminó por los pasillos de la casa para después subir por aquella escalera de caracol.
—¿Flore? -susurró mientras entraba en la habitación que se iluminaba únicamente por la luz que se colaba por la traslúcida ventana de vidrio.
—¿Sí? -Respondió la chica que se encontraba viendo por aquella ventana. Tan emocionada y atenta, como esperando que algo sucediera.
Molly contempló la escena, esa que había visto tantas veces. A su extraña hermana viendo por esa pequeña ventana circular, por días sin siquiera despegar la mirada. Bufó.
—No lo entiendo
—¿Qué no entiendes? -preguntó Flore sin mirarla-
—Tu obsesión. ¿Cómo puedes estar todo el día viendo esa ventana?
—No estoy viendo la ventana, estoy viendo lo que hay detrás.
—Eso lo sé -rodó los ojos- es sólo que el paisaje es el mismo, ¿No te cansas?
—En lo absoluto. El paisaje cambia todos los días, tan solo observa .-Dijo la chica con una sonrisa calmada-.
Molly se acercó hasta la ventana y miró a través de ella.
Ahí estaba el vecindario, varias casas de distintos colores y tamaños, pero entre ellas sobresalía una muy extraña; esa casa vieja y que dejaba en claro que antes había sido de un color rosa fuerte. También había colinas y la mayoría de las casas tenían macetas con flores. Nada nuevo.
Flore escudriñaba el rostro de Molly, atenta, con una gran sonrisa emocionada.
—Ahí no hay nada -habló la pelicafés y la sonrisa de la menor menguó- Madre me mandó a buscarte, en unos momentos iremos al local y necesita tu ayuda.
Flore asintió y Molly salió rápidamente por la puerta de roble, temiendo que la locura de su hermana la contagiara.
La pelinegra echó una rápida mirada por la ventana por probablemente una última vez en el día, tomó su sombrero verde del estante y salió de la habitación mientras tarareaba una suave melodía.
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ENCUENTRÁME
RomanceCorrí hacía el mientras gritaba su nombre, totalmente emocionada y con el corazón latiendo muy rápido. Después de tanto tiempo al fin podía estar a su lado. -Es usted muy impaciente, señorita Flore -Dijo el joven mientras curvaba sus finos labios e...