Pasaron dos semanas desde el bautizo de Juan David, durante ese tiempo Sara se había mantenido ocupada en los asuntos de la hacienda, tenía mucho trabajo, afortunadamente Damián le ayudaba mucho, ya que al trabajar juntos no sólo facilitaba sus labores, sino que hacía más fácil llevar la relación, Damián no podía pedir más, podía ver a Sara todo el tiempo y cada vez veía que su relación iba por buen camino, no podía estar más feliz, tenía una misión y sabía que lo lograría.
En la hacienda Elizondo todo marchaba excelente, gracias a la administración de Sara todo estaba rindiendo frutos, sabía que todo tenía que mejor después de tener algunos problemas con Fernando, la relación entre su mamá y ella era mejor, al parecer desde que inició su relación con Damián todo parecía mejorar y a pesar de que Fernando seguía ahí causando problemas, ella nunca se daría por vencida, algún día Fernando tendría que salir de sus vidas.
Los últimos días en la hacienda habían estado llenos de actividades, la feria de caballos se acercaba y por lo mismo, Sara había estado preparando a los ejemplares que participarían, Damián se estaba encargando de que los caballos estuvieran en las mejores condiciones físicas, Sara confiaba en él, sabía que era un excelente veterinario.
Sara se sentía cansada, no había podido salir a montar y necesitaba hacerlo o si no explotaría, montar siempre la relajaba. Salió a cabalgar sola, quería un momento para ella, por supuesto que Damián se ofreció a acompañarla pero Sara se negó y de un momento a otro se encontraba ahí, en la piedra, como si su caballo se supiera el camino de memoria, no sabía si se lo encontraría, desde el bautizo no lo había visto y para su sorpresa Franco estaba recostado en aquella piedra, debería ser él, su caballo estaba ahí, pensó Sara, se acercó lentamente sin que Franco se diera cuenta, lo vio acostado con los ojos cerrados, que lindo se veía, pensó , se perdió un momento viéndolo pero fue el mismo Franco quien al sentir que alguien lo cubrió con su sombra abrió los ojos y la vio, por fin era ella, no era un sueño Sara estaba ahí.
-Hola- dijo Sara al darse cuenta de que Franco abrió sus ojos.
-Sara, perdón no sabía....
-Tranquilo, no quería molestarte- interrumpió Sara
-Por dios Sara, tu nunca serias una molestia, mejor dime ¿cómo has estado? Hace tiempo que no te veo.
-Muy bien Franco, la verdad que todo ha estado muy bien, muy tranquilo. – dijo Sara sentándose a un lado de Franco.
-Tranquilo... eso suena muy aburrido
-Para nada.
-Me imagino dijo Franco irónicamente
- ¡Franco!... mejor dime como has estado, hace rato que no nos vemos.
-La verdad no estoy pasando un buen momento.
-Necesitas ayuda, sabes que puedes contar conmigo - le dijo Sara tomando su mano.
-Gracias Sara, pero no te quiero causar problemas con Damián.
- Eso no pasara... además, Damián sabe que tú y yo tenemos una relación cercana, Franco somos cuñados, dime ¿Qué pasa?
Franco observo a Sara por un momento – lo único que me preocupa realmente Sara, es que te olvides de mí, sabes he venido aquí todos los días con la ilusión de volverte a ver, pero nunca apareciste hasta hoy, Sara no sé porque, pero siento que te alejas cada día más de mí.
-Franco yo...
-Tranquila no tienes por qué decirme nada, solo te pido que no me alejas Sara.
-Nunca lo haría. - contesto Sara viéndolo a los ojos.
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Acuérdate de mi
Fanfiction¿Crees que es posible que un solo suceso cambie por completo tu vida? La relación de Sara Elizondo y Franco Reyes, dos personas que no habían sabido hacer más que pelear, cambia por completo de la noche a la mañana, aquellos dos jóvenes que se odiab...