𝐖𝐇𝐈𝐒𝐓𝐋𝐄© ⦁¦ 𝖨𝗌𝖺𝗀𝗂 𝗑 𝖤𝗏𝖾𝗋𝗒𝗈𝗇𝖾°|⦁ ❪✔❫

1. Primera gran impresión

───Capítulo 1. ───────────────

Esto debía ser una broma, una de muy mal gusto por cierto. Veía las maletas en medio de aquella vacía habitación y se convencía de que la vida no era más que una miarda. Aún podía oler el aroma de las flores, de él pasto mojado, el lodo y el frío viento del cementerio, donde vio amigos, familiares de sus padres y conocidos, ninguno que recuerde con claridad, aunque, después de todo tampoco es como si les hubiera prestado atención, sus profundos ojos se mantenían adheridos a los dos cofres de madera de pulcro color café, los cuales descendían lentamente en dos profundos hoyos en la tierra donde el sacerdote terminaba de dar una oración a la cual él no preso atención, simplemente se mantuvo ajeno a todo el ambiente, a las quejas, a los llantos incluso a algunos desmayos, que no fue más allá de una mujer de avanzada edad que ni siquiera sabía de donde había salido. Todo, en general parecía demasiado irreal, como si se tratase de una película barata de Hollywood pero de las que te quedabas enganchada aún a pesar de ya ser un cliché barato donde el protagonista perdía a sus padres, era tan extraño, sabía lo que sus ojos veían pero se sentía absolutamente fuera de todo aquello, como si su cuerpo estuviera fuera pero dentro. Era extraño. No supo cuántas personas ese día se le acercaron y le susurraron en el oído un “Lo siento tanto” “te acompaño en tu dolor”, él simplemente se sentía tan desconcertado de la situación, de su alrededor, deseaba gritarles, alejarlos y maldecir a todos a los de su alrededor, ¡malditos mentirosos! Nadie entendía lo que estaba sintiendo, nadie podía entenderlo, después de todo, no eran ellos los que acababan de perder a sus padres, no eran ellos los que los estaban viendo en dos ataúdes sin saber que demonios hacer, sin saber cómo reaccionar, sin saber que carajos pensar. ¡No eran ellos los que les acaba de cambiar la vida en un abrir y cerrar de ojos! Estaba tan molesto, tan inconforme y cansado, y aunque había dormido durante todo el viaje, ahora se encontraba muchas horas lejos de Alemania, en un nuevo país, con un tío que sólo había en fotos y televisión, con una nueva familia, con un tío político que parecía que lo odiaba, en una nueva habitación que era tres veces más grande que su antiguo hogar, en una casa que resultaba ser demasiado grande para que sólo vivieran dos personas, con una decoración de lo más sobria y minimalista y que, por mucho que lo quisiera negar parecía que estaban años adelantados en el tiempo, mirara donde mirara la tecnología parecía imposible y irreal. Había imágenes holográficas que simulaban ser cuatros perfectos, mini robots aseando la casa cada vez que una persona salía de la habitación y una voz robótica que no era para nada parecida a la vieja Alexa que tenía en su antiguo departamento.

Aún así, aún con toda la tecnología que ahora parecía que estaba al alcance de su mano y con todos los lujos que le estaba ofreciendo desde un principio su tío no quería estar ahí, deseaba su pequeño departamento donde vivía con sus padres, deseaba su antiguo colegio y los idiotas de sus amigos, incluso al estúpido de Michael y Alexis. Extrañaba todo y se sentía demasiado extraño estar ahí, en Japón, un país del cual aunque había nacido, no había pisado desde hace más de diecisiete años.

Sus amigos muchas veces habían bromeando con él sobre volver a su país, a su patria, sin embargo, él siempre había descartado la idea considerando todos los estereotipos e ideas tabú de la educación japonesa al igual que tradiciones. Sabía hablar japonés por sus padres, sabía de las tradiciones por cuentos de su madre y sabía que no quería estar ahí desde el momento en que llegó al aeropuerto y los paparazzis no los dejaron en paz.

──Eh… ¿Puedo pasar? ──la voz neutral y dudosa de su tío interrumpió en la desolada habitación, mientras el hombre de blanca cabellera y ropa casual asomaba la cabeza por la ranura de la puerta semi abierta.

──Sí, pasa ── cedió, manteniéndose sentado en el medio del colchón con los brazos sujetando las piernas y hundiendo su cabeza entre las rodillas.