01

14 0 0
                                    

—¿Un nuevo aprendiz?—Preguntó Min Yoongi, escuchando a su manager (que había entrado sin permiso a su estudio).

—Sí, entró hace poco a la empresa y le dieron oportunidad de debutar este año.— Su manager lo miró con burla, Yoongi rodó los ojos a sabiendas de lo que iba a decir.— Te ganó, sólo estuvo cinco meses. El genio Min Yoongi fue derrocado.

—Seokjin, dime por qué diablos te contraté como mi manager.— El mayor estaba apunto de contestar pero Yoongi lo calló al instante.— Estoy hablando seriamente. Sales con una de tus tonterías de nuevo y te despido.

Seokjin no dijo nada. Su menor no estaba de humor y estaba seguro de que estaba enterado mucho antes de que él le dijera de la noticia del aprendiz. Aquello, podía asegurar, le dio un poco en el orgullo, por eso ahora estaba como un gato enfurruñado, metido en su estudio, produciendo música como loco; es lo mejor que Min Yoongi sabía hacer.

—Vamos Yoongi, no vas a dejar que un novato te desanime.— Se sentó a un lado de él, abrazándolo por los hombros. Yoongi apartó de un manotazo el brazo ajeno.

—Un novato no va a desanimarme.

Seokjin lo miró fijamente, suspirando con cansancio. Se levantó de su asiento dejando en una mesa cercana la bolsa de comida que había traído.

—Si tu lo dices...— Y sin más que decir salió de la habitación.

Y el problema para Min Yoongi no es que sea un novato. No, ha habido muchísimos novatos talentosos que lo han bajado del trono mucho antes. El verdadero problema era el nombre que llevaba ese novato. Y ese nombre era...

Park Jimin.

Joder, ese condenado niño.

Park Jimin era uno de los aprendices de los que estuvo a cargo meses atrás. Con un cambio repentino de compañía, Park Jimin se presentó en las puertas de la empresa, audicionó y, obviamente, se quedó. Tenía que admitirlo también, era uno de los más talentosos que alguna vez hubiera conocido: una forma de bailar tan delicada y llena de energía; una voz tan dulce, tan rica en técnica y con una facilidad de adaptarse que daba miedo; y una encantadora belleza que abrumaba a cualquiera a su paso. Pero su actitud... Su maldita actitud.

En todo lo que llevaba de su corta vida, Min Yoongi nunca había conocido a un chico más descarado, desvergonzado, obstinado y con tan poco sentido de la responsabilidad. Encima, para acabar con sus nervios, pícaro y coqueto. Era un arma mortal para su libido y un veneno en su café de las mañanas.

Suspiró con cansancio cuando una punzada despertó su entrepierna y el pantalón comenzó a abultarse en ese mismo lugar, apretándole. Se recargó hacia atrás en su silla, tratando de liberar su mente de los pensamientos que comenzaron a acecharlo tan temprano ese día. Y es que no había momento del día, desde que conoció a Park Jimin, que este joven no se viera envuelto en sus más pecaminosos e impuros deseos. Porque, para mala suerte del mocoso, del mundo y para él, Park Jimin le gustaba.

Y cómo me gusta, maldita sea.






Pensó que la vida no podía jugarle peores jugadas que las de su pasado pero se equivocaba. Y se equivocaba tanto que apretó con fuerza el folleto del tracklist de su próximo concierto; pidiendo a más de una deidad ,existente o no, que aquello fuera una broma de muy mal gusto.

Revisó con rapidez su mochila hasta dar con su celular; marcó inmediatamente el número de Seokjin, el cual a los tres tonos respondió:

—¿Qué pasa, Yoongi?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 22, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Shadow of your Filter  [YOONMIN][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora