Masquerade || Dexer (One-Shot)

parte única

Finalmente, después de meses de espera, el famoso baile anual de máscaras de la familia Miller había llegado

La familia Miller siempre fue bastante estimada y admirada al ser de dinero. No era sorpresa para nadie que todo el mundo quisiera acercarse a ello fuera como fuera. Después de todo, el dinero mueve el mundo ¿No es así?

Lo tenían todo: dinero, belleza y fama. La santa trinidad que llevaría a cualquier persona a la cima en cuestión de minutos o incluso segundos. Pero a pesar de que todo se veía tan perfecto en esa familia, bastantes cosas malas estaban pasando entre ellos

La cabeza de familia, el duque William, estaba teniendo problemas con su esposa —o su tal-vez-ahora "ex-esposa".— por simples problemas de pareja. Problemas que llegaron a oídos agenos, causando que los rumores no tardarán en aparecer, y con ellos, miles de pretendientes tanto a Christine como al mismísimo duque

Ambos querían librarse de la compañía contraria, pero con la imponente reputación que tenían actualmente, no podían permitir destruir todo solo por un calentón con una sirvienta del palacio. Si misma reputación podía destruirse incluso para sus dos hijos: David y Brenda

Ninguno la estaba pasando bien con el divorcio de sus padres; era realmente insufrible escuchar las miles de peleas, los objetos rotos en ataques de ira del pelirrojo, hasta los gritos e insultos que se tiraban entre ambos. Todo era una pesadilla para ambos mellizos, pero más que todo para el primogénito de la familia

David siempre había sido una persona social y risueña, tenía todo tipo de pretendientes, desde la mujer más pobre del reino hasta la doncella más bella y adinerada de todo el mundo. O al menos eso se lo repetía su padre constantemente

"Consiguete una esposa" "ya casi cumples diecinueve y no estás comprometido" "si no consigues esposa para antes de tu cumpleaños te irás a la calle"

La última declaración siempre lo mantenía nervioso, pensando como demonios podía conseguir una prometida en menos de dos meses. Ahora que esos dos meses habían pasado, estaba desesperado por una solución

Estaba pensando en hacer lo mismo que su hermana, la cual se comprometió con un príncipe de un reino vecino, pero no estaba en una relación con él de por sí. Básicamente era un casi-matrimonio sin amor de por medio. Solo era para librarse de la presión de su padre

El, por el contrario, no tenía a absolutamente nadie, al menos en su círculo social

No, mentira. Si habia alguien, pero no estaba entre sus opciones ni loco: la princesa Mariah, la heredera al trono de su mismo reino. Su padre la había sugerido bastantes veces que se casará con ella, pero David siempre evitaba la propuesta con un "hay mejores opciones"

¿Que si realmente habían mejores opciones? No, de hecho, no tenía ninguna. Ninguna mujer en ese mismo instante le atraía, —e ironicamente tiene de donde escoger— lo cual lo asustaba considerablemente. Estaba llegando a una conclusión a la que definitivamente NO quería llegar

—¡David! ¡Baja la cabeza de las nubes y escúchame!  —la voz molesta de su padre lo saco de sus pensamientos— ¿Recuerdas una sola palabra de lo que te acabo de decir?

—....No, lo siento. —se encogió de hombros, avergonzado—

—Demonios, me vas a hacer enloquecer.   —dijo William masajeando sus cienes con estrés—. Agradece que tengo que irme en un rato con los invitados. Tú prometida ya llegó

David volteó rápidamente la mirada a donde su padre también observaba. Y efectivamente, la rubia muchacha estaba en la fiesta, hablando con otros muchachos invitados allí también. Soltó un suspiro pesado, sintiendo como la mirada de su padre volvía a su persona