𝘊𝘢𝘴𝘪𝘯𝘰 🎰

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El otoño estaba comenzando, las hojas estaban cambiando de color.

Heungmin estaba relajándose en la piscina del club el cual había entrado recientemente, eran las 5 de la tarde, los colores anaranjados con rojos en el cielo adornaban aquel ventanal gigante que había enfrente de él.

Soltó algunos jadeos mientras relajaba todos sus músculos, cerrando los ojos mientras se adentraba al agua de espaldas.

Habían pasado ya algunos meses, casi dos años desde que el mundial había pasado, no había oído y sabido nada de Neymar, nada de él, absolutamente nada.

En un cierto modo se sentía libre, sin tener preocupaciones, pero por otra parte, muy lejos de lo que pensaba su cuerpo todavía lo extrañaba, todavía lo tenía en la cabeza con la mínima cosa que le recordará a él.

Le rogó a Richarlison las primeras semanas para que le dijera que pasaba con Neymar o quien era esa persona quien estaba con él, pero dejó de insistir cuando las noticias que estaba en una relación llegaron a sus oídos, entendió que insistir y rogar no era la forma en que encontraría las respuestas que en ese momento estaba necesitando.

Ahora su vida era más tranquila, solo le preocupaba su equipo y cuanto podía apostar a diario.

Heungmin salió violentamente del agua, respirando rápidamente mientras miraba a los lados, buscando a alguien.

— ¿Sos boludo?

Heungmin miró al dueño de esa voz que inconscientemente a los segundos ya le había robado una sonrisa.

— ¿Otra vez acosándome?

— No te estoy acosando, no es mi culpa que te metas al mismo club donde yo soy accionista, boludo de miERD-

— Ya, ya entendí. — interrumpió al cordobés y salió del agua, poniéndose una toalla en la cintura para luego ir hacia él.

Se sentó a su lado en silencio, mirando aquella ventana que ahora los colores oscuros reinaban en sus márgenes y centro.

Heungmin miró el rostro de romero entre medio de la oscuridad, manteniéndose en su lugar. - Acosador.

— ¡déjame pelotUDO de miERD-!

— ya, ya entendí que no eres un acosador sino un-

— ¡Heungmin!








Heungmin estaba tomando de la orilla la ficha la cual tenía en mente que posiblemente podía ganar, miraba aquella ruleta que empezaba a girar, tomó todas sus fichas y apostó por el número 27

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Heungmin estaba tomando de la orilla la ficha la cual tenía en mente que posiblemente podía ganar, miraba aquella ruleta que empezaba a girar, tomó todas sus fichas y apostó por el número 27.

Conforme el tiempo iba pasando la ruleta iba parando su movimiento, haciendo que casi todos los que estaban apostando tuvieran los pelos de punta.

"Number Twenty seven" indicó aquel chico encargado de la ruleta.

𝙀𝙡 𝙧𝙚𝙣𝙖𝙘𝙞𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙖𝙢𝙤𝙧 | Neyson [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora