01.

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-El castaño danzaba al ritmo de la música junto a sus pequeños alumnos, sonaba una canción clásica algo vieja, Rodrigo solía enseñarle cosas como esas a sus chicos, además de como mejorar su habla, era el maestro de lengua, encargado de los pequeños de 3 años del jardín. Rodrigo solía ser apartado de los demás, siempre excluido culpa de su delicadeza y belleza femenina, Rodrigo era distinto y todos lo sabían, y el se justificaba tras la excusa de que al ser maestro de jardín debía ser más delicado en su forma de ser.-

ㅡMis pequeños, llego la hora del cuenta cuentos, ¿trajeron sus libritos?-Se sentó en el piso, formando una ronda con los niños que sacaban sus libros con dibujitos de la mochila.-Recuerden que si no tienen libro no importa, de todas formas pueden quedarse a escuchar, y traje medialunas para los que no pudieron traer colación, ¿quién quiere?

-Algunos niños se acercaron a él, pidiendo por favor algo de comida. Rodrigo siempre enseñaba a través del respeto y el cariño a los pequeños, era un maestro muy cariñoso, y aún teniendo a la clase más desordenada, lograba que sean niños amables y tranquilos.-

ㅡUna medialuna para Eze, otra para María... Buh, ¿Juwon?-Frenó en aquel niño.-¿Tu papi no envío comida está vez?

ㅡLa olvide...-Hizo un pequeño puchero.-

ㅡEsta bien pequeño, ten una medialuna y ve a sentarte con tus compañeritos, ¿si?-Sonrió hacia el pequeño de origen coreano. Siguió entregando colaciones a los pequeños y en algunos minutos comenzó a contar el cuento a los niños, quienes lo escuchaban con atención y se quedaban dormidos.-

-Cuándo todos los pequeños se durmieron, Rodrigo fue por el teléfono del salón, estaba preocupado por Juwon, era la tercera vez en la semana en que el pequeño no llevaba colación, y debía solucionar ese problema, a ver si pasaba algo en casa. Llamo al padre del niño, porque al parecer su madre no figuraba allí.-

ㅡUhm, buen día.

ㅡ¿Hola?

ㅡHola, habla el maestro Rodrigo, quería comunicarme con usted por el tema de que Juwon no esta viniendo con su colación, si es que tiene algún problema económico lo entiendo, pero quisiera saber si puedo ayudar en algo.

ㅡOh, maestro Rodrigo, lo siento, pasa que adopte a Juwon hace unos meses, pero no tiene figura materna y soy policía así que debo encargarme del pequeño yo solo, ha sido algo difícil y esta semana he olvidado su colación, lo siento mucho, no volvera a ocurrir.

ㅡNo se preocupe, yo siempre traigo colación para los niños que no tienen, puedo encargarme de la colación del pequeño... Por cierto, ¿usted trabaja aquí a la vuelta?

ㅡMuchas gracias maestro pero no será necesario. Uhm, si, trabajo a la vuelta.

ㅡAh, muy bien, solo para saber. Buenos días señor Buhajeruk.

ㅡBuenos días maestro Rodrigo.

-El castaño corto la llamada y fue al lado de Juwon, arropandolo con una manta, era la hora de la siesta y el pequeño no tenía ninguna manta, por suerte, Rodrigo había comprado algunas. Ese pequeño estaba un poquito descuidado, pero Iván hacía lo que podía por darle una buena vida, aún si era el pequeño más mal portado que pudo adoptar, Rodrigo lo convertía en un buen nene.-

-De todas formas, aunque Iván no tuviera mucho tiempo para cuidar de su pequeño, era mucho mejor que dejarlo en aquel lugar en el que estaba, solito y lastimado.-

...

-Iván tomo unas flores y fue hacia el jardín de su pequeño, era hora de salida y debía pedirle un favor enorme al maestro, además, recientemente habían algunos rumores que decían que en realidad este maestro era una chica, Iván solo penso a las chicas les gustan las flores, seguro con esto me hace el favor.-

-Llegó al patio de los pequeños donde los maestros entregaban a los niños y recogió a Juwon cargandolo en sus brazos, y ahí estaba el profesor. No, no era una chica, era un chico, pero uno muy especial y eso se notaba de lejos, seguro le gustarían las flores.-

ㅡBuen día maestro.-Extendió su mano hacia el castaño quien se encontraba entregando a los demás pequeños a sus padres.-

ㅡOh, hola, ¿Buhajeruk no?-Apretó su saludo.-Señor Buhajeruk, necesitaría hablar un poco con usted.

ㅡLo siento maestro, no tengo tiempo en este momento, de hecho... Quería pedirle un favor...-Le entregó las flores.-¿Usted podría cuidar a mi hijo hasta las ocho? pasa que hoy es un día muy agotador, y no puedo volver a casa temprano, así que no tengo quien le de de comer, por favor maestro...

ㅡEsta bien oficial, no se preocupe.

ㅡMuchas gracias maestro, en serio, dejeme su dirección para poder pasar por él, y el número de casa.

ㅡClaro, usted también dejeme el suyo así lo tengo en la agenda.

...

-Rodrigo se sento en el sofá de su sala con el pequeño Juwon en sus brazos mientras ponía los dibujitos animados, un lujo que no muchos se podían dar en esta época, pero Rodrigo tenía gracias a sus padres.-

ㅡ¿Cuando venga papi podes decirle que yo quiero una mami?-Juwon le pidió a Rodrigo de manera amable.-Por favor.

ㅡUhm, ¿querés una mami, Juwon?

ㅡSi... Quiero una mami buena, así como usted...-Lo miro a los ojos, haciendo un pequeño puchero, no parecía ser un simple capricho.-

ㅡJuwon, yo no soy una mami, yo soy el maestro Rodrigo, un chico.-Acarició el cabello del pequeño.-Pero si querés una mami tenes que decirle a tu papi.

ㅡEs que papi no quiere mamis, papi prefiere chicos...-Bufó.-Pero chicos como usted.

ㅡ¿Chicos? uhm, decime peque, ¿a tu papá le gustan los chicos?-Preguntó algo confuso, tratando de entender lo que decía el pequeño.-

ㅡSi, a papi le gustan, así que... Creo que tendré que tener dos papis... ¡Ihhh! espere, no, no debía contarlo, era secreto, ¡lo siento!

ㅡTranquilo, no le diré a nadie, es un secreto.-Se levantó del sofá yendo a buscar algo para comer.-¡Juwon! ¿querés papitas fritas?

ㅡ¡Si, si quiero!-Asintió bajando del sillón con cuidado para ir donde estaba el mayor.-

-Así que los chicos... Dios, y encima es policía, nunca creí que esto fuera posible... Pensaba Rodrigo mientras sacaba los ingredientes. ¿Un policía gay? si de por si ya era extraño ver a alguien gay, peor era ver a un gay policía, no estaba bien visto, no era algo aceptado, más bien era pecado, pero como los tiempos habían cambiado, ya no los ejecutaban como antes, solo se les veía y trataba mal.-

1985. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora