Oleadas de estudiantes empujaban a Pluto como el vaivén de un mar embravecido. Ella empujaba hacia el lado opuesto, contracorriente. Pluto había escuchado a los profesores dar la advertencia: todo el alumnado debía dirigirse inmediatamente a la sala común de su respectiva casa, esto en un intento de poner a cubierto a la mayor cantidad de alumnos posibles. Pero Pluto sabía que los profesores no entenderían la situación a la que se estaban enfrentando, como mínimo ella quería advertirles.
Se abrió paso por entre la multitud hasta deslizarse por un pasillo aledaño que conducía al cuarto piso. Una vez libre del empuje de cientos de cuerpos, echó a correr hasta llegar a un balcón grande con vista hacia el bosque prohibido. Para su sorpresa, los profesores no habían llegado aún, mejor, podría dialogar primero y con suerte terminar las cosas antes de que se pusieran más feas. Frente a ella en el balcón, se encontraba la figura encorvada de una chica que resguardaba con temor entre sus brazos un objeto ovalado azul brillante ribeteado de plata. La chica, más baja que Pluto, se volteó rápidamente y levantó la varita.
-Eh, Hilda, no me apuntes así, no vengo a hacerte daño.
-Pluto, eres tú. -Respondió ella un poco más calmada, aunque en su voz aún se escuchaba el desenfreno de alguien que tiene miedo. -No debí hacerlo, los profesores estarán tan molestos. -Soltó una especie de sollozo.
-Van a entender, ya verás. Solo tienes que explicarles, o inventarte algo creíble.
- ¿Explicarles? Explicarles qué, ¿que no tengo voluntad y me dejo controlar por mis padres obsesionados con quien tu sabes?
-Sabes que no es tu culpa, además quien tu sabes está muerto.
- No podemos garantizar eso, ya ocurrió una vez. Además, ¡yo me dejé manipular! Y ya no hay vuelta atrás, haré lo que vine a hacer.
-Hilda, por favor.
-Lo siento, Pluto.
Pluto alcanzó su varita, pero Hilda fue más rápida. La varita hizo conexión con el óvalo azul y lanzó un rayo que parecía hecho de relámpago. El mundo se torció de manera extraña como si algún gigante lo hubiera arrugado en una bola. La sensación duró menos de dos segundos y la realidad se desdobló revelando un lugar familiar.
El Gran Comedor se extendía frente a Pluto, largas mesas repletas de platos de comida vacíos y cientos de personas que la miraban en silencio bajo un cielo estrellado mágico. Una mujer que no reconoció al instante le puso la mano en el hombro, olía a lavanda y tenía unas gafas que le rodeaban los ojos de manera peculiar, se parecían a las marcas que rodean los ojos de los gatos atigrados.
-Espero que la traten con respeto y amabilidad. -Terminó de decir la mujer antes de voltearse hacia Pluto. -Ahora pasa a sentarte con los de tu casa.
Entonces retiró la mano de su hombro y la multitud aplaudió. Pluto no entendía que estaba ocurriendo, ¿toda esa gente era real? El contacto de la mano de esa mujer se sentía muy real. La chica caminó como embotada hacia la mesa de Gryffindor, donde los aplausos eran más fuertes, y se sentó en el primer espacio vacío que encontró.
-Bienvenida a Hogwarts. -Le dijo la chica pelirroja sentada a su lado.
-Yo...
-Seguro estás cansada del viaje y nerviosa por todo esto, así que si necesitas ayuda con algo solo dime, ¿sí? Soy Ginny.
-Gracias, soy Pluto.
Lugo de la cena Pluto subió con Ginny a la sala común de Gryffindor, donde una cama fue asignada para ella. Los demás estudiantes no paraban de saludarla y hacerle preguntas, pero por suerte Ginny era muy intuitiva y espantó a todos los fisgones. Resultó que la pelirroja era un año menor que Pluto, quien la había reconocido al escuchar su nombre. Ella sabía quien era Ginny Weasley, lo que implicaba una cosa y una cosa solamente, de alguna manera había viajado al pasado.
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Harry Potter: Viaje al Pasado.
FanfictionPluto Ainsworth se encuentra en una situación extraña. Una magia desconocida la ha enviado al pasado, ¿qué encontrará ahí? "Pluto: Viaje al pasado" es un fanfic DracoxOc. Pluto Aisnworth es de mi propiedad y queda totalmente prohibido usarla para ot...