Parte única

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Según la ciencia existen 5 lenguajes del amor.

1.- Palabras de afirmación.

Foolish era malo expresándose, lo sabía. Las palabras nunca habían sido lo suyo, los nervios lo consumían y estas se quedaban atoradas en su garganta sin forma de salir.

Cada vez que debía realizar una presentación frente a la clase, cuando lo elegían para dar un discurso, al ser el centro de atención en las reuniones, en cada una de esas ocasiones los nervios lo invadían, podía sentir sus manos sudando y su garganta cerrándose.

Siempre buscó la forma de librarse de esas situaciones.

Repetía de memoria el discurso que había preparado y repasado cientos de veces la noche anterior, leía con voz temblorosa las notas que escribió o, si la situación lo permitía, decía unas palabras, no muchas, solo las suficientes para que la gente lo dejara en paz, y desviaba la atención en alguien más.

Esos trucos lo habían salvado varias veces en el pasado y Foolish nunca esperó tener que superar ese miedo hasta que conoció a Vegetta.

El azabache se metió en su vida sin pedirlo.

Conocerlo fue como escuchar una canción por primera vez. Al principio no la conoces, no sabes quien es el artista ni le prestas más atención, luego llega el coro, esa parte pegadiza, llamativa, que te atrapa y te invita a tararear, pronto te das cuenta de que no puedes dejar de pensar en la canción, quieres volver a escucharla, aprenderte el nombre y la letra, bailar a su ritmo, saber más del artista.

Vegetta había llevado una nueva melodía a su vida y Foolish quería hacer lo mismo por él.

Saber que su amado tuvo varias relaciones malas en el pasado y por ello necesitaba constantes palabras de afirmación respecto a su relación fue todo el impulso que Foolish necesitaba para vencer sus miedos.

Constantemente presumía al mayor frente a sus amigos, no tenía miedo de decirle a quien estuviera dispuesto a escucharlo (y a quien no también) lo orgulloso que estaba de ser el novio de alguien tan maravilloso como lo era Vegetta y le había prometido al chico gritarlo a los 4 vientos las veces que fuera necesario para que se sintiera seguro de sus sentimientos.

Porque Vegetta era su canción favorita y así como Foolish amaba escucharlo se aseguraría de que Vegetta lo escuchara las veces necesarias.

2.- Tiempo de calidad.

Durante el primero año de su relación fue difícil para ambos el coordinar sus horarios para poder verse.

Vegetta estaba cursando el último año de la carrera de arquitectura y, aunque Foolish estudiaba lo mismo, la montaña de tareas y deberes extra que tenía el azabache al ser el presidente del comité de alumnos le permitia muy pocas horas libres a la semana por lo que Foolish apreciaba cada segundo que ambos tenían para estar juntos.

Levantarse temprano para llevarle un café antes de que empezaran sus clases, hacer llamadas hasta altas horas de la noche solo para escuchar la voz del otro o solo hacerle compañía en la sala de su departamento mientras escuchaba a Vegetta quejarse de los tontitos que tenía por compañeros.

A Foolish realmente no le importaba lo que estuvieran haciendo (o lo que no podían hacer) era feliz solo pasando tiempo con Vegetta, así fueran 5 minutos mientras corrían entre pasillos para llegar a la siguiente clase o hablando por horas hasta que alguno caía dormido al otro lado del teléfono.

Sus amigos varias veces le preguntaron por las ojeras, producto de sus constantes desvelos para poder hablar con su novio y levantarse temprano al día siguiente para verlo unos minutos, pero si de algo estaba seguro Foolish hasta el día de hoy es que no cambiaría ni uno solo de esos días.

Los 5 lenguajes del amor || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora