El viento soplaba frío y despiadado aquella noche, susurros siniestros se deslizaban entre las sombras del oscuro bosque, un trote suave se escucha entre el pastizal. Un hombre de mediana edad y una mula de carga se encuentran en medio de la noche camino a casa.Un sonido extraño ha de llamar la atención del hombre —Quieta, Riri — dijo tocando suavemente la cabeza de la mula, para ir directamente hacia un arbusto, de donde venía el ruido.
Cuidadosamente el hombre mueve las hojas dejando al descubierto la razón de ese sonido inquietante —¿Un conejo? — exclamó el hombre confundido y ligeramente decepcionado.
El conejo estaba buscando un lugar tranquilo para dormir aunque ese día no tendría mucha suerte, el hombre lo tomó rápidamente por las orejas —A mi esposa le gustará, ella ama la carne de conejo —dijo para luego meter al conejo a un bolso cerrado.
Caminando un poco más logra ver un poco de luz a lo lejos, este se confunde ya que en medio del bosque no debería de haber más luz que la de su lámpara de aceite. Este escucha una voz familiar desde una silueta estática, entre más se acerca la reconoce, su esposa.
—Mujer, ¿Qué haces aquí? — dijo el hombre dirigiéndose hacia ella con apuro y confusión.
—Te tardaste tanto... — lloró con angustia.
—No te preocupes —habló el hombre con seguridad —Tengo un regalo para ti — el hombre se dirigió al bolso posicionado sobre la mula y sacó al conejo.
—Mira, amor— dijo con entusiasmo —, se que te encanta el conejo así que traje uno para cocinarlo mañana en la mañana —
—Eso es... — respondió la mujer.
—Fascinante — contestó el conejo, dejando pálido al hombre que lo sostenía con fuerza. La mano del hombre comenzó a arder como si de fuego se tratase y a llenarse de quemaduras.
Este fue hacia su esposa gritando que fueran de ahí lo antes posible, su esposa lo detuvo y vio como el conejo se dirigía a su esposa y en una grotesca escena ambos combinaban.
Los huesos de quien parecía ser su esposa se doblaban y quebraba tan fácil mente parecía estar hecha de tela, los ojos del conejo salieron se sus órbitas y su dientes se tornaron negros y se incrustados en el cráneo de la figura femenina.
El hombre horrorizado, intentaba gritar pero su voz simplemente no salía.
La mula se alboroto y salió huyendo de ahí, dejando al hombre solo con esa atrocidad.
—Tu y tu maldad, vendrán conmigo — dijo el extraño ente con una voz escalofriante, mientras lo que parecian ser sus dedos entraban por los ojos del hombre, para seguido de ello comenzar a pudrir el cuerpo de adentro hacia afuera.
Un grito seco y estruendoso fue lo último que se escucho esa noche entre los árboles.
◇◆◇
—No te muevas, no te muevas — susurraba un dulce voz femenina mientras trazaba detalles en un óleo —¡Oh no! — exclamó la joven al ver que su modelo se iba corriendo —¿Dónde encontraré otro zorrito en la misma posición?... Se veía tan tierno —habló decepcionada la hermosa joven.
ESTÁS LEYENDO
Aurora Amoris
FantasyBernice se a encontrado con una amenaza para su nacion, en busca de la victoria se encontrara con personas diversas y hará equipo con un caballero de otro reino y descubriran uno de los secretos antigüos de la nacion que tal vez sea la clave para la...