Ciclo Negado.

∞ explica, los humanos escuchan y la Sacred Gear despierta. Anhelos de una vida.

Ophis recuerda bastante bien todo. Bueno, lo más importante al menos...

La felicidad rodeaba a la gigantesca familia Hyodo en aquél entonces, puesto que bien lo recuerda ya que sostuvo su fisiología de niña por muchas décadas. Jugar con su "hermana", Lilith, mientras correteaban por el comedor, en lo que todos comían y disfrutaban de charlas serias, mantenía ese estilo de vida tan amoroso y familiar que tenían cuando ella era una especie de hija para Iseei.

Producto de los feos hechos que sacudieron con el tiempo fueron las lentas y tortuosas pérdidas naturales que sacudieron al pobre hombre de sensible corazón. La más importante, la que le hizo prometer algo que jamás olvidaría...

"Por favor, Ophis. Cuida a Issei; es muy sensible, su corazón rápidamente se romperá y, también, puede ser fácilmente manipulable por ello. Su debilidad más grande son las mujeres, lo sabes bien... Pero, cuando yo me vaya, sé que él se desesperará y buscará medios para acompañarnos..."

"Issei no puede morir." Respondió con ese tono calmo característico que jamás pudieron derribar de ella.

Aquella anciana solo suspira una risa mientras mira una ventana. La lejanía hermosa mientras sus ojos apenas pueden ver mas allá por el cansancio.

"Encontrará la manera, siempre lo logra en todo lo que hace..."

Parte de ese recuerdo esconde esa frustración por no haber podido cumplir su promesa, de proteger al hombre que todas amaban. Esa pérdida puesta en la sombra actual... Al hombre adulto y barbudo que veía sentado en el sillón y que ahora se había vuelto un joven chico que estaba intranquilo mientras su padre y madre lo abrazaban y la veían con intriga.

"¡Ophis!"

Ella reaccionó al llamado del chico, parpadeando varias veces al haberse perdido en sus recuerdos. Cuando se reacomodó, tosió para retomar su firmeza como mujer.

"Perdón, soñaba con nuestra boda." Bromeó ella para vergüenza del chico y sorpresa de sus padres. "Ya dejando las bromas, ¿Con qué quisieran que empezemos?"

Issei miró a sus padres y luego a ella, haciendo un gesto obvio sobre sus pensamientos de todo lo sobrenatural. Ella asintió con una sonrisa, dispuesta a prepararlos para esto.

"Mamá, papá. ¿Ustedes creen en cosas sobrenaturales?" Comenzó Ophis, sacudiendo las espinas dorsales de los adultos al ser llamados con tanta familiaridad.

Ambos adultos se vieron, preocupados por creer que su hijo había traído a una chica un tanto demente, propia de las características de su atuendo, personalidad y tema principal de charla. Sin embargo, no dudaron en responder.

"Bueno..." Comenzó el hombre mientras acariciaba inconscientemente el hombro de su hijo con firmeza, propia de un hombre que sabe que vivió lo peor en torno a su hijo. "Issei nació siendo uno de los tres intentos que quisimos para tener un hijo. Fue una sorpresa cuando Miki me dijo que estaba embarazada... Yo jamás he sido creyente, ¿Sabes? Pero estaba realmente preocupado por el futuro de nuestra familia. El nacimiento de Issei para nosotros fue un milagro. Supongo que cierto escepticismo puede acompañarme después de todo, pero no creo que..."

Ophis, al ver que el hombre comenzó a divagar e Issei parecía ya estar rezando de que le devolvieran su espacio personal al ver a sus padres tan emocionales, ni tardó en revelar unas grandes alas moradas, lo que aterró a los adultos y captó rápidamente la atención de todos. Los ojos avellana de Issei, clavados en aquellas alas que se reflejaban en sus pupilas.