1- Sweet Life

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Izuku Midoriya lo tenía todo. Tenía el trabajo de sus sueños como profesor de primaria, adoraba a los niños y adoraba ayudarlos a ser mejores personas para el futuro; también tenia muy buenos amigos, su madre estaba bien de salud. Y lo mejor de todo, había encontrado a su Alfa, el amor de su vida.

Katsuki era un hombre imponente, la imagen ideal de su género: Alto, fuerte, dominante, cuerpo esculpido por los mismos dioses, agregando a la fórmula un par de ojos rojos como la sangre y cabello rubio. Era muy orgulloso y antes eso mismo le causaba algunos problemas con amigos y compañeros. Algunos llegaban a decir que era un bruto; ciertamente en su adolescencia tuvo una pésima actitud, no obstante, había madurado.

Katsuki había demostrado un gran cambio dejando su orgullo y arrogancia a un lado, algo que ayudó mucho a que pudiera cortejar correctamente a Izuku cuando se conocieron en la universidad gracias a que un amigo suyo, Shoto Todoroki, los había presentado en una fiesta. Desde entonces no volvieron a separarse nunca. Después de la universidad se fueron a vivir juntos, estaban por cumplir tres años de noviazgo cuando Izuku descubrió algo que cambiaría toda su vida.

La mano de Izuku temblaba sin control y su respiración era errática, no dejaba de mirar la prueba de embarazo en su mano: Positivo. Estaba embarazado de su Kacchan. 

Le impactaba porque ellos siempre se cuidaban, eran muy responsables. Usaban condón y pastillas anticonceptivas. Por supuesto, él y su alfa habían hablado en breves ocasiones de su futuro, ambos querían hijos, pero acordaron esperar unos años; Katsuki estaba muy concentrado en su trabajo e Izuku pensaba tomar una plaza para enseñar a nivel secundaria, serían menos horas de trabajo y buena paga. 

Un embarazo no era cualquier cosa, sería como arrojar una bomba a su relación. 

-¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué dirá Kacchan? ¿Y si se enoja? -Izuku empezaba a marearse, tenía tantas inseguridades, quería que su primer embarazo fuera más planeado. Izuku empezó a llorar, todo por las hormonas traicioneras que empezaban a ahogar su sistema, según sus cuentas lleva un mes de embarazo. El pequeño Omega seguía en el suelo de su baño pensando qué hacer, qué dirían todos, pues era un Omega sin marca y no estaba casado. La sociedad seguía siendo una hipócrita en cuanto a los Omegas que se volvían padres solteros.

Izuku tomó aire profundamente, cerró sus ojos tratando de pensar en qué quería él. Él es quien lo daría a luz. Bajó su mano hasta su vientre acariciando suave sobre su ropa y una dulce sonrisa apareció en sus labios. Si, sí lo quería, inesperado y todo, pero lo quería. Le diría a Katsuki más tarde, le prepararía una rica cena, le serviría una cerveza fría y luego...

-Amor, ya llegué- Anunció Katsuki desde la puerta de su departamento, quitándose los zapatos y la corbata, arruinando todos los planes del Omega.

-Ka-Kacchan ¿Qué haces aquí? -Izuku salió al pasillo recibiendo a su pareja, era raro que Katsuki llegara temprano un viernes.

-Ugh, tuve nauseas toda la mañana y el bastardo de Kirishima me dijo que me fuera temprano a descansar, y tiene razón, he trabajado demasiado, quizá necesito descansar. También me tomaré el día de mañana. Así que soy todo tuyo el fin de semana.

Katsuki se acercó para abrazar a su hermoso Omega cuando notó que tenía una prueba de embarazo en la mano, Izuku no se había dado cuenta de que todavía la llevaba en la mano cuando salió. Antes de que pudiera reaccionar, Katsuki se la arrebató y vio el resultado, Izuku trató de recuperarlo, no quería darle así la noticia.

-Positivo. -Repitió el Alfa en voz queda sin apartar sus ojos de la prueba de embarazo. Izuku sudó frío temiendo que a fin de cuentas su alfa decidiera no querer cachorros todavía.

Naranja y Verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora