Los Ojos Del Verdadero Amor

[]

.

.

.

Sasuke estaba corriendo.

La brisa de la mañana le golpeaba el rostro. Sentía las mejillas frías y los labios resecos. El frío nunca había sido un impedimento para que siguiera con sus objetivos, y mucho menos, si éstos eran importantes para él.

Pasó por encima de un charco de lodo y pronto la viscosidad se filtro en las sandalias ninja que usaba. Escuchó a su espalda un golpe seguido de un grito estruendoso.

—¡Sasuke-kun, espera!

Pero Sasuke no se detuvo. Aumento la velocidad en sus piernas y se alejo aún más de la presencia de Sakura.

Brinco a un árbol, esquivo las ramas y pronto el frío y el cansancio de estar corriendo durante horas comenzaba hacer mella en él. Pero no podía parar, se negaba a llegar un momento mas tarde.

Él había prometido estar a tiempo ese día, y Sasuke jamás rompía una promesa.

Estuvo un largo rato con Sakura pisándole los talones y escuchando sus gritos llamándole y en como ella hacia añicos a las pobres ramas que se atravesaban en su camino. Sasuke volteó sobre el hombro y encontró el rostro de la chica roja de la furia y con brillo casi asesino en sus ojos.

Era la primera vez que de verdad miraba su temperamento agresivo para con él. Pero bueno, era entendible y para ser sinceros, Sakura se estaba tardando en odiarlo.

Desde niños la ignoro en la academia y la relación de desconocidos no mejoró mucho durante ese tiempo. No hasta que se vio obligado a convivir con ella al ser parte del quipo siente junto con el tarado de Naruto y el flojo de Kakashi.

Sasuke aceptaba que en su momento logró sentir un poco de aprecio hacía Sakura, conciderado algo normal ya que técnicamente convivían casi todo el día durante mucho tiempo. Pero de eso, a desarrollar un sentimiento más allá de la fraternidad o el echo de aceptar los sentimientos que tenía su cuempañera de equipo hacía él era todo un fiasco.

¿Cuántas veces la había despreciado, denigrado y ofendido? Eso sin contar el par de ocasiones que trato de asesinarla, y jamás ella se había molestado o siquiera rendido con su afán de proclamar su amor incondicional.

Sasuke creía que el amor que decía tenerle era un amor ciego y tóxico que rayaba en la obsesión.

Lo mejor que podía hacer Sakura en su vida era odiarlo. Maldecirlo hasta el cansancio, hasta que él fuera cenizas. Eso sería lo mejor para ella después de tanto daño que le hizo.

Pero Sakura era obstinada. Masoquista, sin duda. Y Sasuke comenzaba a creer que también estúpida.

—¡Shannaro!

Un derrumbe al árbol donde apenas iba a saltar hizo que Sasuke cambiara su dirección inicial hacía un costado, esquivando el golpe. Sobre la nube de tierra que se había levantado, el Uchiha observó la silueta femenina de su ex-compañera de equipo. Parecía alguien notablemente cansada con la respiración agitada y el puño al aire. Los ojos reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir no lo paso por alto. Con una postura más firme, Sakura lo encaró desde una posición menor a la que se encontraba Sasuke.

—¿Por qué no me esperabas?

El Uchiha cerro un momento los ojos, pensando que era momento de poner las cartas sobre la mesa y darle fin a esa rueda de dolor que Sakura estaba necia en agrandar.