chapter 4

3.1K 265 171
                                    

Rápidamente, el pelinegro tomó las mejillas del pecoso, mostrándose un poco desesperado. El pecoso, que se encontraba encima de este, empezó a moverse en forma circular, sacándole algunos jadeos al pelinegro.

Los minutos fueron pasando y los toqueteos cada vez se mostraban más desesperados. Poco a poco, la ropa fue desapareciendo, al punto de quedar completamente desnudos. El más alto colocó al rubio debajo suyo y empezó a besar cada parte de su cuerpo.

—Lix, tu cuerpo es verdaderamente una obra de arte -dijo mientras besaba el cuello del pecoso, el cual solo se dedicaba a soltar jadeos.

—Mmm~ Hyun~ -la piel del pecoso se erizaba ante el tacto del pelinegro.

El más alto fue bajando hasta llegar a los botones rozados del pecoso, los cuales se pusieron duros por los toques del mayor.

El mayor empezó a jugar y chupar los pezones del menor, a lo cual el menor respondió con un gemido.

—A-ahh~ Hyunjin~ -el mayor, al escuchar, ya no pudo resistirse más; tomó al menor y lo acomodó entre sus piernas. Luego de eso, alineó su miembro erecto con la entrada del menor e ingresó en este de una sola estocada bastante brusca.

—¡A-AHH!~ ¡HYUNJIN!~ -gimió alto el menor, lo cual solo hizo que el mayor se excitara más. Sin esperar a que el menor se acostumbrara, empezó a embestirlo.

Empezó lento, pero poco a poco fue aumentando cada vez más y más.

—Mmm~ Felix, eres tan exquisito~ -bajó y juntó sus labios con los del menor en un beso lleno de deseo.

La cama chocaba contra la pared debido a lo rápido que estaba yendo Hyunjin; el ruido se llegaba a oír en la habitación donde se encontraban Lee Know y Jisung.

—Amor, me parece que a tu hermano y su amiguito se les subieron las hormonas -dijo burlón el castaño.

—Estos dos... mañana hablaré con mi hermano -besó al castaño—. Te amo, Jisung -dijo adormilado.

—Y yo a ti, mi adicto a los gatos -le dio un pico y volvieron a dormir.

Felix estaba por correrse, lo cual el mayor notó debido a que lo estaba apretando más de lo que ya lo hacía.

—¿Te quieres correr, pequeñín? -dijo con una sonrisa victoriosa en su rostro.

—¡HYUN!~ -sin aviso, el pecoso derramó su esencia sobre su abdomen; unas embestidas más fueron suficientes para que el mayor también se corriera y saliera del interior del menor.

El mayor tapó al menor y se acomodó a su lado; lo abrazó y así durmieron.
──────────────────────────────

Holis holis jaksjd

Cueste Lo Que Cueste...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora