Sola nunca estarás

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Kyo se encontraba acompañado a Anna a su casa, luego de que gracias a Moe ambos pudieron salir. Pero casi todo el camino iban en silencio, solo hubo unos cuantos intercambios de palabras de parte de ambos, las dudas de aquel chico seguían predominando. Y era algo que no le debía molestar, pero lo hacía y no sabía el motivo, eso era lo que más le frustraba. Mientras estaba en su casa seguía con sus pensamientos, pero su hermana entró a su habitación para así poder seguir haciéndole preguntas de su relación.

—¿Ya lo saben en tu escuela?

—No decidimos mantenerlo en secreto.

—Ósea que ¿solo yo lo sé?

—No, se los dije a sus padres unos días antes.

La respuesta sorprendió a Kana y la hizo pensar —. Entonces, ¿También se lo dirás a nuestros padres?

La pregunta dejó reflexionando a Kyoutarou, al día siguiente cuando se iban rumbo a la casa de Yamada le entró la duda si debía contárselo o no, la duda lo invadió, pero decidió hacerlo porque su hermana ya le había sembrado la duda.

—Oye, mi hermana sigue haciendo preguntas de nuestra relación.

—Si parecía sorprendida por la noticia.

—Ella me hizo una pregunta que si alguien de nuestros amigos sabía de nuestra relación y le respondí que no, a lo que pregunto si ella era la única que lo sabía.

—¿Y le dijiste que no? —él respondió con la cabeza, ella pudo deducir perfectamente la otra pregunta que había hecho —. ¿Ya lo hiciste?

Negó con la cabeza —. Suponía que debía preguntarte ¿Quieres que se los diga?

Anna se detuvo un momento y estando decidida respondió —. No, tú se los dijiste a los míos, yo debería hacer lo mismo.

Ambos estuvieron de acuerdo con la cena, le aviso el día que sería, Yamada estaba nerviosa por la situación, pero con la ayuda de su madre pudo disipar las dudas, e ir sin ningún miedo a la casa de su novio. Al ir y ser recibida por la familia Ichikawa todos se pusieron a cenar.

—Está muy rico, señora —afirmó Yamada con una gran sonrisa.

—Gracias, querida, lo preparé porque sabía que ibas a venir tú —mencionó aquella mujer.

—Es bueno tenerte aquí Yamada —dijo el señor Ichikawa.

—La verdad quería decirles algo —hizo una pausa y suspiro, pero la sonrisa de Kana, le dio una gran confianza —. Yo y Kyo decidimos empezar una relación —ambos padres parecían sorprendidos por la noticia —. Les prometo que cuidaré muy bien a su hijo —mencionó mientras inclinaba la cabeza.

—Lo sé Yamada, te encargo a nuestro hijo, sé que contigo está en muy buenas manos —afirmó la madre de kyoutarou.

Al día siguiente, durante el descanso y al salir del salón, vio a su novia ser abordada por el grupo de chicas, él por su parte solo se sentó en las escaleras para así poder reflexionar.

—¿Por qué estás aquí solo?

—Necesito pensar.

—¿En qué?

En eso Ichikawa volteo y vio a la chica peli naranja —. Ah eres tu Sekine —ella en respuesta se sentó a su lado e inclinó la cabeza como si esperase una respuesta —. Tengo muchas cosas en la cabeza.

—¿Qué clase de cosas? —preguntó en un tono curioso —. Se trata del papel que desempeñará Anna en esa película, ¿Verdad?

Ichikawa dio un largo suspiro y sin ver a Moeko respondió —. ¿Y si la respuesta fuese sí?

Caprichosa eres tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora