Antidoto y veneno

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Imagina que llevas al menos 13 años de tu vida sintiéndote decaído. Trece años en los que te es imposible sentirte medianamente bien, sentirte estable o animado.
Y todo por culpa de tu cerebro defectuoso que es incapaz de producir serotonina y otras tantas razones que vienen en los distintos estudios que te han hecho, en idioma científico, que imposibilitan que tu estado de humor pueda ser positivo o estable.
¿Cómo sería pasar tantos años de tu vida sintiéndote triste, deprimido, decaído, sin ánimos? Y a demás de todo esto, ser un completo introvertido con ansiedad social e incapaz de relajarte cuando estás en público, aunque sea en un simple restaurante.

Ahora imagina que encuentras un antídoto único, entre decenas de medicamentos, terapias, remedios y tratamientos que has probado; encuentras un antídoto único que te libera de las cadenas de todo lo antes mencionado y mucho más.
El alcohol.
Imagina descubrir que, al beber el antídoto, eres capaz de sentirte genuinamente alegre, sin ataduras, miedos o pánico al exterior o a estar en público.
Que al beber este antídoto milagroso destruyes una barrera impenetrable que te permite por fin relajarte y sentirte cómodo con cómo eres y cómo te sientes.

¿Cómo podrías tan si quiera evitar o controlar la euforia que te causaría esa emoción?
El volver a sentir calma, alegría, desinhibición y comodidad en toda la extensión de la palabra.
¿Cómo podrías evitar no gritar o levantar la voz o querer hacer un escándalo de lo bien que te sientes, cuando llevas tantos años sintiéndote completamente deprimido y sofocado?

Bien dicen que el alcohol es un arma de doble filo; pero todo depende en qué extremo de la cuchilla te encuentres.
Porque si te encuentras en el lado del filo en el que el alcohol puede resultar más un antídoto que un veneno, aunque no deje de ser un veneno, seguirá funcionando más en ti como antídoto que como otra cosa.

También dicen que, beber alcohol es como robar la felicidad del mañana.
Pero, ¿qué pasa si no tienes felicidad con la cual pagar tu deuda?
Puedes tener una deuda de meses o incluso años, pero también verte imposibilitado de pagarla, ya que tienes una parte funcional en ti, pero que es parcialmente defectuosa, evitando así que puedas permitirte la felicidad; o al menos la sensación de la misma.
Entonces, ¿qué felicidad robamos, al beber ese antídoto, los que no podemos tenerla?

Ninguna.

Porque los que llevamos tantos años sobrellevando toda la mierda depresiva e inhibida a la que involuntariamente tuvimos que acostumbrarnos, confundimos la anulación de todo eso, como felicidad pura y genuina.

Es como darle un pan quemado y duro o un sorbo de agua estancada a alguien que lleva mucho tiempo sin beber sorbo o probar bocado.
La diferencia entre esa persona y alguien que no tiene problemas o dificultades para beber y comer normalmente, es que esa persona verá aquello de mal estado como algo infinitamente delicioso; porque está acostumbrado a no tener absolutamente nada.
Así funciona ese antídoto mágico en las personas que llevamos años siendo incapaces de sentir un atisbo, aunque sea falso, de felicidad, tranquilidad o inhibición.

Todos los que tenemos la desdicha de necesitar ese antídoto, siempre diremos la verdad. El alcohol es un veneno.
Y, si es un veneno, ¿por qué tomarlo?
Porque hay cosas que llevamos dentro, que necesitamos matar.

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