𝑼́𝒏𝒊𝒄𝒐

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Megumi se encontraba caminando directo a su casa, estaba cansando luego de un largo día lleno de tareas y oír la molesta vos de todos su tontos compañeros todo el día, durante 5 días era demasiado tedioso, iba solo, Itadori se había ido saber donde con la rata albina que tenia por novio, Nobara igual, tenia una cita con Maki, y su preciado y apuesto novio no lo había ido a recoger, estaba enojado con él, se suponía que él tenía que ir a recogerlo para llevarlo a su casa y tener una linda tarde en si habitación viendo películas, su padre se iba a poner muy furioso al saber que Sukuna no había ido por él, aún así tenía la esperanza de encontrarselo cerca.

Pasaron los minutos, 15 para ser exactos y no veía a su novio, empezó a pensar que no iba a ir por el, también  noto que lo seguían, hace ya cinco minutos que lo empezaron a seguir y lo noto de inmediato, solo una cuadra más y llegaría a su casa, y perdería a esos idiotas que lo seguían, por que si, no era una persona, eran cuatro, de pronto dos de esos tipos lo tomaron por sus brazos, uno cada uno, y otro lo tomó de la cintura, le dio asco el toque, odiaba que lo tocaran, solo personas en las que en realidad confiaba dejaba que lo tocaran, el último de los tipos se puso frente a Megumi y lo tomó de la barbilla, obviamente Megumi forcejeo con todas sus fuerzas, pero eran tres tipos quienes lo apresaban, tenia fuerza claro pero no la suficiente para botar a tres tipos enormes.

— Zen'in Megumi - dijo el tipo, Megumi se congelo al oír ese apellido, lo odiaba.

— Mi nombre es Fushiguro Megumi - dijo apretando los dientes.

— Eso no importa, soy Naoya, se que has oído de mi por la boca de tu padre - Megumi le escupió en la cara y este se río mientras se limpiaba con un pañuelo que sacó de su bolsillo, este apretó aún más el agarré que tenía en la barbilla de Megumi, haciendo que este se quejara por el dolor - tan altanero como tu padre, y tan bello y hermoso como tú linda madre.

— Que es lo que quieres Naoya, y no hables así de mi madre, no soporto oír salir elogios hacia su persona de tu sucia y asquerosa boca.

— Bueno, es de saberse que todo el mundo te desea, así que, te quiero a ti Megumi.

Megumi se paralizó, sintió arcadas de solo oír eso - que te sucede, somos familia y ni de coña estaría contigo.

— Oh bueno, que seamos familia no importa mucho, y tampoco es de que no quieras, es de que vas a estar conmigo por la buenas o por las malas.

— ¡Nunca! ¡nunca estaría con alguien tan repugnante como tú! - y recibió una fuerte bofetada.

— Cuidadito con esa linda boquita, que no creas que por que me gustes te permitiré que me hables así - dijo, hacercandode para darle un beso a Megumi, este abrió los ojos estupefacto, y empezaron a salir lágrimas de sus ellos, lágrimas de ira y rabia, por no poderse mover por los tipos que lo sostenían.

Entonces Naoya fue brutalmente separado de Megumi, salió volando hacia la pared de un callejón, los tipos que tenían a Megumi apresado se tensaron.

— ¡Que es lo que hacen con mi bonito y lindo novio! - exclamó una ronca y rasposa vos, era Sukuna, Megumi levantó la vista pudo verlo apenas por sus ojos llenos de lágrimas, a Sukuna le hirvio la sangre al ver a su noviecito con los ojos aguados, Megumi era su talón de alquiles, y que le hicieran llorar era desatar el infierno mismo, no le gustaba que sus hermosos ojitos azules como la noche misma se llenarán de lágrimas, vio a los tipos que tocaban la pálida piel de Megumi y su vista se oscureció haciendo resaltar el brillo rojo de sus ojos, estaban muertos, le dio un puñetazo a los tres tipos, estos cayeron inconsciente, Sukuna era un boxeador profesional, era lo suficientemente fuerte como para enviar al hospital a cuatro (o más) personas de un solo puñetazo.

𝙶𝚞𝚖𝚒 |𝐒𝐮𝐤𝐮𝐅𝐮𝐬𝐡𝐢|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora