4. Argos -parte 2

976 76 202
                                    

 - * * * -

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

. - * * * - .

Marinette le ofreció a Isabella -o Izzy, con ella dijo que prefería ser llamada- una sonrisa, mientras ambas se sentaban juntas en el autobús escolar que el St. Paul ofreció para la movilidad de su clase visitante.

Al principio había pensado que la chica estaría más cómoda siendo compañera de Juleka, pero realmente estaban sembrando una amistad.

Izzy era el equivalente de Chloe, hablando a nivel social: Era la mayor de los tres hijos del alcalde actual de Londres.
Por suerte para Marinette, no se parecía en nada a la rubia petulante de su clase.

Fueron emparejadas porque Izzy era la sub-representante de su propia clase. La británica tenía ojos color chocolate y el cabello negro, al menos, en lo que Marinette había podido ver hasta ahora, puesto que llevaba levantada la capucha de su fina blusa con capucha, color morado oscuro, que usaba debajo del chaleco escolar, y solo se le veía el flequillo.
Además de la falda gris circular, usaba medias de malla negra y botines negros con delicadas cadenas plateadas.
Sus uñas estaban largas, pulidas e impecablemente pintadas de negro. En lugar de aretes usaba pendientes para las orejas (ear cuff): finos alambres de plata bellamente trenzados y moldeados para adornar el borde exterior de la oreja, con trozos de pedrería morada y roja, como rubíes y amatistas. Y tenía una sencilla cadena de plata unida a un colgante que se escondía debajo de su blusa.
A Marinette le picaba la curiosidad saber qué era, pero no quería ser grosera o entrometida.

— ¿Tu clase está emocionada? —la oji-castaña preguntó, claramente insegura de su francés —mi grupo ha estado hablando de esta actividad toda la semana.

Marinette asintió, viendo al resto de sus compañeros subir y sentarse junto a sus respectivos emparejamientos —sí, hicimos una lista de lugares a los que queremos ir —Marinette tenía un conocimiento decente del inglés, aunque tenía más práctica en la conversación de atención al cliente, ya que era quien atendía a los extranjeros en la panadería desde hacía un par de años —y la... eh ¿platicamos? —se detuvo un segundo sin saber si había usado el término correcto, pero Izzy asintió en aliento, así que continuó —con nuestra maestra. También queremos escuchar las sugerencias de tu grupo.

A diferencia de ellos, los estudiantes británicos no eran una clase entera. El francés era uno de los idiomas opcionales en su clase de lenguas extranjeras, por lo que eran una mezcla de diferentes clases.

—Suena bien —la británica respondió, antes de que tuvieran que prestar atención a algo que su maestra, la señorita Lewis, y Bustier, estaban diciendo.

Las mujeres explicaron que harían una parada en el hotel donde la clase francesa se hospedaría, para que pudieran dejar el equipaje, y luego irían al instituto St Paul, donde tendrían algunas actividades para conocerse mejor, mientras decidían dónde almorzar.

—Podemos arriesgarnos a llamarlo una fiesta —Izzy le susurró a Marinette inmediatamente, asegurándose de no llamar la atención de sus maestras mientras compartían sonrisas emocionadas.

Un poco tarde para decirlo ¿no crees?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora