Habían pasado meses, creyó que se había perdido su contacto, mas la menor un día le escribió un mensaje para verse. Se encontraron en el pequeño departamento de SooJin.
─ Uh, no son los mejores días. Tengo problemas con ella a veces pero no es nada que no solucione.
YuQi comprendió.
─ ¿Te has cuidado?
─ Por supuesto que sí, YuQi, no deberías preocuparte por eso. ─ intentó tranquilizarla.
Pero YuQi la veía diferente. Más delgada, más cansada, más acabada. SooJin se estaba consumiendo.
Y sabía que ella no lo admitiría. Su problema no sería mencionado. Así que suspiró. Tendría que quedarse con SooJin un poco más. De alguna forma, tenía que ver que aquello ya era enfermizo.
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