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Desde que era pareja de Lee Seokmin su vida a dado un par de vueltas, siempre saliendo de su zona de confort y teniendo esa pizca de tener que esperar siempre lo más inesperado.

Y no le desagrada para nada, le agrada y encanta tener ese sentimiento, y si le suma el hecho de que el menor pareciera tener energía infinita puede decir con certeza que se siente mucho más vivo de lo que alguna vez se sintió.

Entonces, esa misma tarde en la que estaban teniendo una de sus tantas citas como suelen acostumbrar cada fin de semana, algo había pasado.

— ¿Crees que lo noten? - le preguntó el menor con un mohín. Parecía preocupado por lo que fueran a pensar las personas, raro en él ya que no suele pensar en el que dirán los demás.

— ¿El que estas lleno de lodo? - una pequeña sonrisa apareció en los labios del menor.

— Eso mismo, ¿crees que lo noten? - volvió a preguntar siendo su preocupación menor a la que tenía en un principio, sabiendo perfectamente que el mayor estaría ahí.

— No lo creo. - negó con calma al querer transmitirle tranquilidad al menor - ¿Crees que nos vean raro?

— Estoy muy seguro de ello. No todos los días se ve a un par de tontos cubiertos de lodo. - sonrió divertido al ser los únicos dos en la calle que estaban cubiertos por lodo.

— Bueno, quien diría que ese escalón iba a ser mortal.

— ¿El escalón? No, no, la culpa fue de la lluvia al dejar todo el suelo resbaladizo y con tierra mojada.

— Puede ser. Pero ¿te das cuenta que fuimos los únicos que pasaron por esa zona? - señalo la zona lodosa en la cual habían caído, siendo perceptibles las marcas de las manos de cuando metieron estás al no querer llevarse un fuerte golpe en la cabeza.

— Bueno, teníamos que ser los primeros en algo alguna vez en nuestras vida. - el menor como siempre acostumbraba trataba de subir el ánimo con comentarios divertidos.

— Tienes razón. Ahora podemos presumir con orgullo que casi nos rompimos la cara al caer en lodo. - tomó la mano de su acompañante cuando lo vió distraído, importandole poco que estuviera cubierta de lodo entrelazo sus dedos.

— Hay que mirar el lado positivo, traemos mascarillas artesanales. No cualquiera. - sonrió con diversión.

— Deberíamos de irnos. Algún otro día seguiremos con la cita, pero tenemos que darnos un baño urgentemente. - el menor asintió estando de acuerdo, el lodo comenzaba a secarse y sería incómodo en la piel.

Tomados de las manos fueron apartándose del lugar del accidente.

— ¡Mierda! - se escuchó gritar a un chico, quién segundos después comenzo a reír. Curiosos por saber el que ocurría giraron un poco sobre sus talones para saber que ocurría a sus espaldas. Se toparon con la imagen de una pareja que al igual que ellos habían caído en el lodo. ¿Asi se vieron ellos?

— ¡Deja de reírte! - gritó la pareja del chico en un intento de querer hacerlo callar ya que estaban recibiendo muchas miradas de parte de la gente que pasaba alrededor.

— ¡No puedo! - entre lágrimas le respondió el chico que reía – ¡Estoy riendo para no llorar! - el de menor altura mordió su labio inferior al no saber que hacer, y no muy seguro se agachó a la altura en la que estaba su pareja y trató de tranquilizarlo. Después de todo, el golpe que se había llevado no fue para nada suave.

— Ya, ya, no llores. - trato de reconfortarlo con un abrazo y palabras dulces. Funcionó sólo al principio ya que después volvió a estallar en risa.

— ¿Esos no son Hoshi y Woozi? - murmuró en voz baja Seokmin  sin apartar la vista de aquella pareja.

— Lo son...

— ¿Y si voy?

— No dejaré que vayas.

— Bien... - musitó en voz baja al tener un debate mental. Las ganas que tenía de querer ir con ellos y ayudarlos eran muchas, pero también quería reírse por tener frente a él la imágen de un Hoshi casi llorando entre los brazos de un Woozi sin saber muy bien que hacer... Daba igual lo que hiciera, se aseguraría de mencionar este suceso en las reuniones mensuales que organizaba Mingyu.

— No. - dijo firme el mayor al verlo con una pequeña sonrisa maliciosa. Conocía a su novio lo suficiente como para saber el tipo de debates que tenía en esa cabeza.

Y sin dejar que abriera la boca se lo llevó del lugar para que no llamara la atención de los transeúntes y dejará en paz a sus amigos. Parecía que al menor se le había olvidado que ellos también habían caído en el mismo lugar. Primero lo metería a bañar, después lo dejará reírse de sus amigos.

ʚDisfrutemos de la vida juntosɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora