Adaptación del k-drama BL "First Love, Again"
Una popular novelista web llamada Lisa Manobal, está viviendo su tercera vida en búsqueda de su primer amor de hace 300 años atrás.
Irene esperaba en una de las mesas cuando Jennie llegó finalmente, tomó asiento y tomó la copa de vino, bebiendo.
_¿Puedes hacer esto en el trabajo?
_Ya terminó mi horario - respondió la castaña al terminar de su copa - No estás enferma, ¿Verdad?
_¿Qué? No. ¿Por qué lo dices? - también comenzó a beber.
_Eso es un alivio. Pensé que estabas herida o algo así - Irene rió - entonces, ¿Por qué viniste a Corea?
_Ya te dije, porque estás aquí - Jennie volvió a sonreír avergonzada.
_Sé seria.
_Simplemente...extrañé Corea, eso es todo - no dejaba de admirarla.
_¿Vas a seguir jugando béisbol aquí?
_Sí. ¿Qué pasa contigo? ¿Es factible el trabajo?
Jennie sonrió pensativa, no pensaba estar allí tantos días, tenía algo más en mente.
***
En su departamento, Lisa tenía entre sus manos un manhwa. Cambiaba de hojas con nerviosismo y veía aquellas escenas dónde dos chicas tenían relaciones.
Con duda, cambió a la siguiente página y observó a una de ellas bajar entre las piernas de la rubia. Su imaginación comenzó a trabajar y se vió a ella misma ser lanzada por la castaña sobre su cama. Jennie la miraba de manera seductora mientras abría sus piernas y colocaba su cabeza entre ellas, bajando lentamente su ropa interior sin apartar la mirada de ella.
Bajó sus labios a su centro y al primer contacto con su lengua, Lisa regresó a la realidad de un sobre salto. Tiró el libro a un lado, sintiéndose demasiado nerviosa como para saber qué pasa después.
Sintió su corazón acelerado y el sudor en su frente se hacía presente. De repente, comenzaba a sentir calor, mayormente en su centro.
_Es porque es un manhwa - su voz temblaba - esto es solo un manhwa. En realidad...
Volvió su vista al libro y con manos temblorosas quiso tomarlo, pero negó rápidamente y se abrazó a sus rodillas, casi estando al punto de chillar. Tomando valor, lo tomó rápidamente y lo abrió, sus ojos se agrandaron al ver las nuevas imágenes.
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Al amanecer, Lisa seguía en el sillón, se había preparado su café por un minuto y continuó leyendo de manera tranquila, como si fuera cosa de todos los días. Era el quinto libro que había comprado por curiosidad.
Estaba concentrada en la historia, cuando el timbre la interrumpió. Suspiró con molestia por la insistencia y se dejó su libro a un lado para acercarse a la puerta. Observó la pantalla de vigilando y notó los hombros de una mujer.
