Capitulo unico

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Xiao escupió una y otra flor.

El yaksha se apresuró en terminar su trabajo y una vez lo hizo tuvo que detenerse para soltar un tallo completo, dolía, dolía tanto como el peso que cargaba en su espalda y realmente no entendió porque hasta que analizó.

Sostuvo la flor manchada de carmín y la demostró con terror, esto ya había sucedido antes, no a él, pero sabía claramente qué significaba esto.

Él amaba a alguien y muy probablemente esa persona no lo amaría.

Esto era diferente para los humanos y para los yaksha pues como cada uno posee diferente constitución física el dolor podría ser soportable o no serlo…pero lo sentimental es lo mismo, Xiao amaba a alguien, pero él no sabía quién era esta persona.

-...¿Es esto otro castigo? .-murmuró mirando hacia el cielo estrellado apretando su lanza y desapareciendo del lugar.

Después de esa noche Xiao no pudo dejar de pensar en eso aunque no quisiera, pues las flores salían a montones hasta el punto de tener que detenerse momentáneamente en algunos puntos de Liyue para descansar.

Xiao pensó que podría soportarlo solo pero pasaban las semanas y aquella idea se iba esfumando cada vez más hasta que solo quedara el ardor infernal en su garganta y el carmín en sus labios.

Sentado en el regazo de un árbol el yaksha utilizó de entender el sentimiento que recorría su ser, ¿Así se sintió el amor?, ¿Es por esto que los humanos parecen tenerle miedo al sentimiento?.

Xiao tocó su garganta delicadamente con miedo a que hubiera allí dentro esperando salir, sintió que había una llama en su interior que esperaba el momento en estar cerca de la lejía para prender su corazón en fuego.

"¡Xiao!" El yaksha salió de sus pensamientos al escuchar la voz del viajero y se apresuró a teletransportarse no sin antes limpiarse sus labios carmín.

Apareció cerca de Aether esperando encontrarse con una bestia o algún pedido del rubio para ayudarle en algo; en su lugar encontró a Aether con Zhongli a su lado.

No lo pensó dos veces y se arrodilló frente a ellos para saludar a su amo, después de enterarse que este "humano" era su dios no le faltaría el respeto.

-Morax..-murmuró con la cabeza gacha.

Zhongli le dió palmaditas en el hombro para que se levantará mientras le sonreía suavemente, Aether río junto a Paimon y se acercaron a ellos.

-Ya no tienes que hacer esto más, Xiao.-le recordó el ex arconte al yaksha viéndolo levantarse; Xiao aún estando de pie no pudo mirar a la cara al ex arconte, algo que Aether noto y se apresuró a tomarle del brazo para jalarlo hacia sí.

-Paimon tenía hambre y el señor Zhongli estaba cerca, pensé que tal vez sería bueno que tuvieras un descanso, Xiao.-dijo el rubio dulcemente mirándolo con ojos de perrito.

-Yo en realidad..-trato de decir Xiao pero después de que el viajero le mirara con más intensidad no pudo evitar decir que si.

Aether le soltó emocionado y de apresuró a guiarlos hacia el restaurante al lado de Zhongli, Aether se puso…demasiado cerca de Zhongli, no sabía porque eso le molestaba ni porque su garganta había comenzado a picar, no quería que el ex arconte estuviera tan cerca del rubio…

Xiao en un impulso extraño se puso al lado del rubio y lo jalo hacia él, la picazón en su garganta se detuvo al haberlos alejados, pero la vergüenza se apoderó momentáneamente de su cerebro al ver que había hecho.

-¿Uh?, ¿Xiao?.-pregunto el rubio con un sonrojo profundo mientras miraba el agarre de Xiao sobre el.- Si querías ir a mi lado solo tenías que decirlo.-río risueño Aether dejándose agarrar.

Xiao solo se quedó callado y apretó su agarre en cuanto vio la sonrisa de Zhongli sobre ellos, Paimon parecía también divertirse con la vista.

Cuando entraron al restaurante Xiao no pudo más y se fue hacia los baños a tratar de tomar aire, su garganta se cerraba y no le dejaba respirar bien haciendo que todo esto le mareara.

Peinó sus cabellos en un signo de desesperación que no había tenido en milenios, recordó como Aether se le apegaba a Zhongli y como parecían estar tan cómodos con esa cercanía.

Una flor salió de su boca manchando el suelo y sus labios, cubrió su boca con miedo mientras veía la flor y sentía que deseaba expulsar más.

-Es por eso que te encontrabas tan extraño.-dijo de repente una voz masculina que Xiao reconoció enseguida.- Lo siento, solo venía a buscarte para ver qué pasaba.

Xiao cerró sus ojos con miedo, todo su cuerpo se sentía frío y no volteo a ver a su…al ex arconte, se sentía tan expuesto en este momento junto a otro sentimiento que tampoco podía hallarle significado.

-Puedes mirarme Xiao, no te juzgare.-murmuró el adeptus mientras se acercaba lentamente hacia el pelinegro.- Nunca lo haría.

Xiao sintió como su garganta se cerraba ante sus palabras, con dificultad y sin querer se dió la vuelta y dejó que Zhongli lo viera e hiciera lo que quisiera con él, Zhongli quería verlo y él se lo permitirá.

No puede defraudar a Zhongli, no puede hacerlo.

Unos brazos fuertes y cómodos lo rodearon, estaba siendo abrazado por Zhongli, casi tan delicadamente cómo abrazarías a un cachorro herido.

Xiao se aterró de lo que descubrió con ese abrazo, su garganta se alivió de inmediato y las flores que lo habían atormentado durante meses se esfumaron de su garganta.

Ya no había porque expulsarlas, porque ahora se sentía completo.

Fue tan rápido, tan fácil sentirse pleno, no necesitaba nada más, no le importaba nada más, solo necesitaba esto, necesitaba estos brazos, a esta persona, lo necesitaba a él, a Morax, a Rex lapis, a Zhongli..

Anhelaba a este hombre, lo amaba tanto que nisiquiera sabe cuando empezó a amarlo, Xiao sintió esos brazos cálidos aflojarse; el correspondio el abrazo del ex arconte sin intenciones que querer ser soltado.

El adeptus entró en razón cuando sintió unas palmaditas en su cabello y soltó a su amor con miedo de lo que encontraría, ¿asco?, ¿resentimiento?, ¿decepción?.

No fue eso, pero se sintió igual; Zhongli le miraba con pena que trató de esconder con una sonrisa tranquila para no alarmar al adeptus.

-No tienes porque sentirte mal por esto, Xiao, el amor no lo eliges, tampoco de quien enamorarte.-comenzó el mayor aterrando a Xiao por sus palabras, él lo rechazará, no estaba preparado para esto pero si él iba a hacerlo, lo aceptará, aceptará todo de él.

-.Morax..-murmuró Xiao cabizbajo esperando como un delincuente la sentencia del juez, las flores reaparecieron picando su garganta ante el inminente rechazo que le darán.

-Aether es un buen chico, no debes sentirte mal por amarlo.-sentenció el ex arconte acariciando el rostro de aquel adeptus de labios carmines.- En realidad, él está profundamente enamorado de ti, mi Xiao, puedes dejar de sufrir ahora.

Una cubeta de agua fría empapó a Xiao haciéndole levantar la mirada con desconcierto; Zhongli soltó una risa y apretó suavemente la mejilla de su aprendiz.

-El viajero te ama, y puedo ver que tu también con tus acciones, serán una gran pareja.-murmuro dirigiendo su mirada hacia los labios del pelinegro, limpio estos con su pulgar pues estaban llenos de sangre.- Volvamos, tu enamorado nos espera.-se dio la vuelta caminando hacia dentro del restaurante.

Xiao le miro la espalda, tantos sentimientos dolorosos lo recorrieron pero el no pudo refutar nada, no merecía el amor del viajero, no merecía el amor de Zhongli, no merecía ninguna forma de aprecio después de cometer el pecado más grande por su egoísmo.

Xiao, el adeptus de los labios carmín, estaba enamorado.

Enamorado de Morax, Rex Lapis, Zhongli…

Y eso era una grosería hacia su dios, sus sentimientos definitivamente eran un castigo, uno vil, impuro y obsceno; su dios no merecía esto.

Y sin embargo, estaba aquí y ahora, siguiendo a este dios al que amo desde el inicio hacia el interior de un restaurante sabiendo que nunca jamás podrá decir lo que siente.

Xiao comenzó a acostumbrarse al picor de su garganta después de ese día.

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Xiao, el adeptus de los labios, carmín está enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora