5:10 a.m.
Otra media hora más y no consigo aprendérmelo. Gavi está contemplándome mientras leo el mismo párrafo una y otra vez.
—¡Joder ya! —me harto.
Solo recuerdo el primer párrafo y casi ni eso. Leo, repito y nada.
—¿Me puedes hacer caso y aunque sea andar por el pasillo unos minutos? —interviene Gavi.
—¡Mira la hora! ¡Las cinco de la mañana! ¡Tengo que estar allí a las once! ¡No me da tiempo a andar por el pasillo! —contesto, alterada.
—¿Has guardado el trabajo escrito en el pendrive?
—Que sí, déjame ya, joder.
Cuando vuelvo a mirar la pantalla, Gavi la cierra de golpe, provocando que se apague el portátil.
—¿¡Qué haces!?
—Lo que te conviene.
—¡Eres idiota! ¡Ahora tarda mucho en encender!
—Mientras enciende, ve a relajarte.
Me levanto con un golpe en la mesa y salgo de mal humor a la cocina a por otro café —el cuarto en lo que llevamos de noche—.
—¡Ey, eso no! —me quita la taza de la mano.
—¿Ahora eres mi padre o qué?
—El café solo te altera más —habla, dejando la taza en el fregadero.
—Tú si que me alteras —bufo, yendo a por otra taza.
—Que no —me sube en brazos, apoyado en mi espalda.
—¡Suéltame o verás!
—Relájate –insiste —. Si te relajas, puede que te baje.
—Que guantazo te estás ganando...
—Que sí, que sí.
—¡Que me sueltes!
—Tómate un vaso de... —me suelta y mira en la nevera —. Anda, mira; de zumo.
—¿¡De zumo!? ¡No sé cómo pretendes que eso me mantenga despierta!
—Que te relajes.
Saca la botella de zumo y me echa en un vaso, esperando a que beba.
—De verdad que te odio.
—Perfecto, lo que tú quieras. Venga, bébetelo —se cruza de brazos.
Al final, alcanzo el vaso y bebo un poco.
—¿Ya? ¿Contento?
Asiente, tranquilo.
—Y ahora un abrazo —habla.
—Ay, que te den. No voy a perder más tiempo.
—Un abrazo —repite, abriendo los brazos.
Resoplo y le hago caso, dejando el vaso en la encimera.
—¿Ya? —murmuro.
—No.
Me da un beso en la frente. Frunzo el ceño y me separo de él. Como sabe a qué espero, habla.
—No vas a tomar más café.
—¡Pero...!
—Que te he dicho que no —me da el vaso de zumo.
Subo a la habitación con el vaso y con mala cara. Gavi va detrás mía y cuando entramos, se encarga de sentarse en mi silla con ruedas.
—Levántate de ahí —ordeno, dejando el vaso en la mesa y cruzándome de brazos.
ESTÁS LEYENDO
TEMPORADA DOS - El mejor amigo de mi hermano ✓
FanfictionLa historia con Gavi y tn continúa... - TEMPORADA DOS (Temporada uno ya disponible en el perfil!) ⚠️NO SE ADMITEN COPIAS NI ADAPTACIONES, O SI NO ME VERÉ OBLIGADA A TOMAR MEDIDAS DE DERECHOS⚠️