Debido a una condición rara, el final del hilo rojo del destino de Taehyung está atado alrededor de su cuello, mientras que el de su alma gemela, está atado alrededor de su dedo, como se supone que debe ser.
La teoría dice de que si llegan a tener "...
La clase finalmente ha terminado y Jungkook está tan aburrido como siempre. Solo quiere irse a casa y dormir toda la tarde, pero solo pensar en tener que caminar hasta su dormitorio le da ganas de llorar.
Considera enviar mensajes de texto al tipo que lo llevó al campus. Pero probablemente no será gratis si acepta llevar a Jungkook de vuelta a casa también, y realmente no está de humor para eso hoy.
Se pregunta si Jimin podría ayudarle. De esa manera, podría preguntarle si también tiene alguna noticia sobre Taehyung. No es que importe, de todos modos, Jungkook solo tiene curiosidad.
Sacude la cabeza, diciéndose a sí mismo que se mantenga concentrado, y abre los mensajes para buscar el nombre de Jimin. ────────────
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──────────── Jungkook bosteza cuando Jimin sale del coche.
— Puedes esperar aquí si quieres-. Jimin le dice, tomando el montón de libros en el asiento trasero y empujándolo en las manos de Jungkook.
— Como si pudieras llevar todo esto solo-. Hace rodar los ojos. — ¿Por qué tiene tantos deberes de todos modos?-.
Jimin se encoge de hombros y comienza a caminar hacia la casa de Taehyung, el otro detrás.
— No todo son deberes, le conseguí algunos libros usados para sus clases. He oído que todavía no los tiene todos-.
Jungkook tararrea en respuesta, su atención ahora en la casa a la que se dirigen. Es una casa bonita. No demasiado grande, pero definitivamente no pequeño. Hay un pequeño jardín en la parte delantera en el que parece que alguien ha invertido mucho tiempo y amor. A Jungkook le gustan especialmente las rosas rojas.
Jimin llama a la puerta.
Una mujer los saluda, tiene una cálida sonrisa en la cara.
— ¿Hola?-. Dice, mirando con curiosidad a los chicos que hay delante de ella.
— ¡Hola! ¿Está Taehyung-ssi en casa?-. Jimin pregunta, su encantadora sonrisa ya se muestra. La mujer asiente con la cabeza, abriendo la puerta más ancha, invitándolas a entrar.
— Debes ser Jimin, ¿verdad? Desde la escuela-. Ella pregunta mientras los chicos la siguen por dentro. — Taehyung me habló de ti-.
— Sí, Estoy aquí para dejarle las clases y deberes de hoy-. Jimin señala los libros en las manos de Jungkook y el más joven sonríe torpemente.
— Gracias, es muy amable. Puedes dejarlos junto a la mesa-. Sonríe, guiándolos hacia el centro de la sala de estar. — Puedes esperar aquí. Iré a decirle que están aquí-.
Jimin se inclina, dándole las gracias, y Jungkook deja caer los libros sobre la pequeña mesa con un suspiro exagerado.
Jimin lo mira, pero lo ignora, centrado en sacudir sus ahora entumecidos brazos de una manera dramática.
