Prólogo

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No busques más mi corazón, las bestias se lo han devorado.
- Charles Baudelaire

Pequeña amor, que desde los cinco años querías vivir fantasías, amor, que desde los seis amaste a Drácula, amor, que desde los nueve veías series de brujas. Esto es para ti, lograste vivir esa fantasía.
Todo mi cariño. Amor mayor.



Los ángeles no son como todos creen; no hay grandes alas blancas, no hay aureolas en sus cabezas. Las brujas tampoco son como todos creen; nariz de gancho, verrugas, incluso verdes. Todo es diferente, todo el mundo que creíamos conocer es diferente incluyendo las ilusiones.

La vida de una hechicera es asombrosa llena de magia, amor, pasión y poder, todo junto sin esperar.
La vida de un guía blanco también es asombrosa, orbitar por todos lados, hablar diferentes lenguas, conocer el mundo sobrenatural que nadie ve a simple viste.
Solo hay una regla entre estas dos vidas... Jamás enamorarse, queda estrictamente prohibido, pero eso nunca fue un impedimento entre mis padres. Mis padres contradijeron todas las reglas llevando su amor a algo épico, rodeado de esperanza, poder y bastante amor, un amor que los llevo a mis hermanos y a mÍ.

Juntos hemos creado una nueva generación y una nueva especie en nuestro mundo mágico, pero una especie que debe ser cuidada y educada, sobre todo cuidada, esto debido a que todos quisieran poseer este poder. Nuestra generación de brujas quedo atrás, dando inicio a la generación de híbridos que posee un poder que ningún ángel o bruja ha visto antes.

Como ya dije, ser hechicera y guía blanco es asombroso, pero es doble de asombroso cuando eres las dos cosas juntas... O al menos eso era hasta el día de mi muerte...

El ángel y el hibrido. Una historia en el arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora