Roble Blanco

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Capitulo 9

La esperanza estaba perdida el no tener un arma para derrotarlo, pero gracias a los ángeles esa esperanza ha vuelto. No es venganza (quizás sí) es solo traer paz a nuestro mundo, una paz que fue arrebatada de un día a otro.

Días después decido querer salir, solo comprar algo para mis fotos. Convencí a todos de dejarme ir sola a la tienda a buscar un marco de fotos, tía Prue fue quien me acompañó a buscar los marcos, la verdad es muy útil que viniera ya que no se que cuadro le queda a las fotos y ella si.
Conseguí los marcos perfectos para las fotos, regresamos a casa y me puse a acomodar las fotos, enmarque la foto donde estoy con Klaus bailando y otra de la sesión una esta en mi mesa de noche y la otra en mi escritorio detrás de una que tengo con Stefan, dude mucho si ponerla enfrente o quitar la de Stefan lo mismo con las de la mesita de noche, pero ambas están detrás de Stefan. Por más que quiera odiarlo no puedo, pero tampoco puedo dejar de amarlo.

- Oh Stefan, te amo pero eres un idiota.

- Ahora se lo que siente Stefan cuando hablas así de sus diarios.

Damon sonríe desde la puerta de mi habitación, levanta una mano y mueve los dedos saludándome.

- Casi me matan abajo.

- Quién te manda a dejarme plantada.

- Stefan me necesitaba.

- Lo sé.

Entra y se deja caer en mi cama haciendo que esta rebote y yo me mueva junto con ella, se pone muy cómodo cruzando los brazos detrás de su cabeza y cruzando sus tobillos encima de la cama con todo y zapatos.

- Stefan se siente arrepentido por todo lo que hizo.

- ¿Desde cuando eres su mensajero?

- Pff, leí su diario.

- Damon.

Este rueda los ojos sin importarle lo que piense de que siga violando la privacidad de su hermano. Más si esa privacidad tiene algo que ver conmigo.

- Como sea, tu hermano está muy concentrado en matar a Klaus.

- ¿Y tú? Ya hasta lo enmarcaste.

- Pudiste haber sido tú. Como sea eso a mi no me incumbe, es pelea de híbridos y Stefan.

- De hecho vengo por ti para que nos ayudes, querida brujita Warren - su sonrisa de labios apretados me molesta.

- Usa a Bonnie, yo no quiero tener nada que ver con esto.

- Bonnie tampoco quiere - lo miro y su mirada cambia a tierna y suplicante - solo tienes que hacer un hechizo para localizar a Elena y luego ser la distracción.

- Damon ya te dije que no la involucraremos en esto

Me asusto al escuchar su voz y ver cómo entra por mi ventana tan perfecto como solo el sabe ser.

- A Klaus le agrada es una buena distracción.

- ¿Perdón?

- No Damon, usemos a Caroline, también le puede agradar a Klaus.

- Oigan, sigo aquí gente - muevo las manos para ser vista pero no me miran.

- No funcionará.

- No voy a exponer a mi novia en esto.

¿Qué? ¿Su novia? ¿En que momento volvimos?

- No le pasará nada, Klaus no la dañará.

- No Damon.

El ángel y el hibrido. Una historia en el arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora