Creación

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"La creación de todas las cosas nace de la relación entre las dos energías supremas, todos los seres que habitan Möiren nacen del amor, incluso la oscuridad surge a raíz de los celos entre ambas partes. Podría decirse que todos estábamos destinados a padecer el castigo de nuestros padres creadores"

Anónimo, Poesías de las edades, año 100.

Antes, cuando el tiempo no podía ser contado, existía un vacío enorme, en él que habitaban dos fuentes de energía suprema, Lumos y Caelis, padre y madre de todos.

Lumos era semejante a un rayo de luz dorada que iluminaba el espacio que habitaba, mientras que Caelis absorbía la luz de Lumos y brillaba de colores azules, tenía la forma de un chispazo.

Lumos y Caelis constantemente una contra la otra, entre cada choque pequeños fragmentos de energía brotaban iluminaban la oscuridad y luego tan solo se desvanecían en la nada.

El origen de Lumos y Caelis es desconocido, mucho menos se conoce el origen de su energía, lo único que se sabe es que durante una larga eternidad, en los tiempos antes del tiempo, ambas compartían, danzaban y se confrontaban. Lumos de tanto compartir con su contraparte, se enamoró de ella, la atracción generada por ambas fuerzas, una tan dorada y la otra tan azul, provocó que Lumos se entregara a Caelis y ésta tampoco se negó. La energía contenida en ambas fue tan intensa, esa mezcla de los visos dorados y azules, la irradiación de nuevos colores que provocaron, los chispazos, la electricidad, tanto amor entre ambos, llevó a una explosión enorme que rasgó por completo el velo de la oscuridad que las rodeaba.

Fruto de este amor, nació Möir, el primero de los hijos del Gran Comienzo, Möir tenía el aspecto de nubes, pero también de fuego, a su alrededor brotaban rayos de energía azules y dorados, estaba presente junto a ellos en el vacío, tan lleno de colores, lleno de vida, se sentía la magia y el poder brotar en Möir, el primero de los dioses.

Lumos y Caelis vieron que su creación había sido perfecta, por lo que decidieron unirse una vez más generando otra explosión, pero ahora era Lumos quien absorbía toda la energía de Caelis, así fue como nació Drael, con la forma de un árbol dorado, tenía hojas de metales que colgaban de su cabeza, en su interior, las semillas y raíces parecían rayos azules que con cada chispazo generaban nuevas hojas. Drael nació diferente a su hermano en aspecto, pero unido a él por un mismo corazón, el de Lumos y Caelis.

Los cuatro seres más perfectos y poderosos en todo el universo, pasearon en la nada durante su creación, dieron origen a todo y a todos. Cuatro seres tan omnipotentes, pero a su vez tan diferentes uno del otro.

Möir y Drael, queriendo experimentar chocaron su poder el uno contra el otro, desprendiendo energía que contenía los diferentes elementos que habían en su interior. Poco a poco con cada movimiento, una pequeña masa de tierra se fue formando en medio de ambos, en ella nacían montañas y rocas, con diferentes alturas, formas y colores. Una masa inerte, sin vida, pero a fin de cuentas creada por los hijos de los dioses supremos.

A Lumos y Caelis les pareció perfecta la creación de sus hijos, pero la veían tan oscura y vacía, que Lumos le pidió a sus hijos que la habitaran, que hicieran lo mismo con su energía pero dentro de ella, así fue como Drael transformándose en una pequeña semilla, descendió desde el vacío, se introdujo al interior de la tierra y aguardó en silencio. Pero Möir al ver que su hermano no brotaba, lloró y lloró desconsolado, lloró durante largo tiempo pensando que él había muerto. Las lágrimas de Möir cayeron a la tierra, la inundaron, creando así los mares, ríos y océanos. Las aguas tocaron la semilla de Drael y Möir vio un haz de luz que salió desde la tierra, de éste surgió un tallo dorado que brotó hasta el cielo, sus ramas y hojas de preciosos metales, adornaron su cuerpo, el árbol soltaba chispas que al tocar la tierra provocaban brotes de nuevos árboles, el agua les daba vida y el árbol les daba luz. Así fue como se crearon los bosques y Drael, el padre de los bosques habitó la tierra. Möir se llenó de alegría al ver que su hermano estaba vivo, se sorprendió por lo acontecido.

Relatos de Möiren: CosmogénesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora