The Lust System en español

#14 Reflexión

#14 Reflexión

Max saltó sorprendido. Giró la cabeza hacia donde provenía el sonido.

"¡Tú... Tú!"

Max vio al caniche blanco sentado en su cama. Al no ver a nadie más allí, inmediatamente concluyó que era el caniche el que hablaba.

"¡Tengo hambre! ¿Puedes traerme algo de comida ahora?"

Max luego recordó la Habilidad de lenguaje canino que compró. Pero Max todavía estaba sorprendido de ver a un perro hablar porque ninguna persona en su sano juicio se imaginaría que algún día tendría un perro que habla.

Apoyando su trasero en la mesa, mirando fijamente al caniche, Max trató de pronunciar algunas palabras, tratando de incitar una respuesta.

"Tú. ¿Puedes entenderme?"

El caniche le devolvió la mirada con expresión inocente, se levantó sacudiendo la cola y ladró:

"Sí, puedo, ¡guau!"

"Max, tengo hambre, ¡tráeme algo de comida, guau!"

Sin saber qué hacer, Max trató de pensar en algo y sugirió vacilante:

"¿Qué tal un poco de carne congelada? Eso es lo único que tenemos aparte de las verduras. ¿Lo descongelaré para que comas?"

"¿Qué? ¡No, no quiero! ¡Quiero comer comida para perros! ¡La mejor clase!"

"Pero no tenemos ninguno, ¿qué tal...?

"¡No!"

Después de unos minutos de discusión, el caniche blanco finalmente cedió y se conformaron con un pollo hervido.

El caniche parecía triste, obligándose a comer el pollo. Aunque lucía miserable, aún no ocultaba su adorable y llamativo pelaje.

Este caniche en particular se llama caniche miniatura. Los caniches miniatura son conocidos por sobresalir en competencias de obediencia avanzada, donde se requieren habilidades como saltar y recuperar objetos.

También se destacan en la competencia de agilidad, donde se lanzan por encima y por debajo de obstáculos con la fuerza de sus piernas.

El caniche miniatura es una de las razas de perros más inteligentes y entrenables. Su cabeza peluda y todo su cuerpo estaban cubiertos con capas de pelo rizado blanco como la nieve que se ven impresionantes a la luz brillante.

...

Volviendo a su sótano de la escuela, Max, sintiéndose cansado, se desplomó en su cama.