caste heaven | zodiaco bl

⁰⁰ | castas

En el instituto privado "Liberty" hay personas asquerosamente ricas, otras que apenas alcanzan a pagar la cuota y becados, los estudiantes no son tratados por igual y algunos son aislados. Sin embargo, esto no es provocado por su situación económica ni quienes son ellos, al menos no por quien realmente son. La casta a la que pertenecen se decide mediante un simple juego, un simple juego que puede acabar contigo.

No se sabe cuándo tuvo inicio ni porqué, quizás todo es así desde siempre. Solo es conocido por todos que los profesores hacen la vista gorda y que no puedes cambiar nada, eres quién tu carta dice que debes ser.

Las reglas son tan fáciles como para que hasta estudiantes de primer año las entiendan y no requieren de nada más que un mazo de cartas de póker, ni siquiera debe estar completo; solo necesitas al rey, la reina, el Jack, un diez, nueve, ocho y un par de sietes, seis, cincos, cuatros, tres, dos y A's. No hay que olvidar: un Jóker. El día de elección de castas de la clase, las cartas mencionadas son escondidas por el consejo, tres chicos de último año, uno de cada grupo, seleccionados en secreto y de forma anónima por el consejo anterior. De acuerdo a tu carta eres el rey, la reina, el Jack (mejor amigo del rey), uno de los aduladores, el mensajero, inteligente, holgazán, emo, otaku, tonto, delincuente, misterioso o el objetivo. El negarse a participar te convierte en el objetivo de forma automática y al no actuar de la forma en que tu carta lo indica se recibe un castigo de los rangos superiores.

Ser el objetivo significa que encontraste el Jóker, no tienes nada por debajo y a nadie le importa lo que te pase, eres acosado de forma desmedida y a los adultos no les importa, eres el blanco y el descargo de ira de todos tus compañeros.

O todo fue así por mucho tiempo, hasta que cosas nunca antes vistas en los salones de la escuela comenzaron a ocurrir en dos clases de último año y una de penúltimo.

...

Leo era el rey de su grado, no era uno inteligente ni sofisticado, solo arrogancia y disfrute del pedestal en el que los estudiantes debían ponerlo, abusando de todo el poder que se ganó sin esfuerzo. Como todo rey, tenía a sus aduladores leales, era venerado y glorificado por todos sus compañeros, su Jack era soportable y sentía los celos y envidia de las personas a su alrededor cuando pasaba. Podía hacer lo que quisiera y tener a quién quisiera.

­—¡Virgo! ¿Recuerdas la chica con la que estaba tonteando ayer en el descanso? —Leo habla mirando a su "adulador" con una sonrisa perezosa, estaban en la hora del almuerzo en un salón chico que se había convertido en una oficina abandonada, y por abandonada me refiero a que los adultos se olvidaron de ellas pero que los estudiantes usaban como querían. —¿Puedes traerla para mí?

—Sí, por supuesto. —en cuestión de segundos desaparece, bajo la atenta mirada del otro adulador, el rey y el Jack.

—Solo intenta ser suave cuando le digas a tu perro faldero que la llamaste para que puedan tener sexo. —Aries habla, mirando con una sonrisa a Leo, que lo intenta ignorar—¿No viste lo emocionado que iba solo por poder ayudarte? Le vas a partir el corazón.

—¿No estás hablando demasiado solo para ser el Jack? —Leo se acerca a él rápido, con la mandíbula apretada y los ojos entrecerrados.

—Tranquilo, solo dije la verdad, quizás solo sea demasiado para su virgen y enamorado corazón. —comenta, pero de todos modos levanta las manos y retrocede, sin poder creer que tuviera que controlar sus palabras frente al insecto que era Leo en comparación suya.

—¿Virgen? ¿Enamorado?

—Sí, bueno. Según lo que tengo entendido, solo te dedica a ti sus noches en vela.

El león ignora la teatralidad detrás del comentario de Aries y se queda con la idea de ello en mente, aún cuando llega Virgo y la linda rubia, mientras les pide a los otros que los dejen solo, le susurra al oído a la chica y mueve su cabello para besarle el cuello. El hecho de que esa información podría ser valiosa se niega a abandonar su mente.