La doncella de las flores (Hades x Oc)

Capitulo 1 La joven del estanque

Vivía en un pequeño pueblo que se conocía por su gran naturaleza que existía en el, siempre se caracterizo por sus abundantes lluvias, arboles frondosos, pequeñas estanques o ríos pero sobre todo por la gran variedad de flores que crecían todos los días del año.

Mi hogar era una pequeña casa de campo que se perdía entre la variedad de plantas y flores que había alrededor de ella.
Vivía solamente con mi madre

Mi madre era vendedora de comida en el pequeño mercado que se formaba todos los días en el centro mientras que yo me dedicaba a vender flores

Todas las personas que pasaban por el mercado quedaban encantadas con las flores que vendía

Vendía de toda variedad pero las que más compraban eran las rosas, tulipanes y gypsophila

Estas eran compradas con diferentes propósitos como el decorar sus casas con arreglos florales o llevárselas a un ser querido

Me encantaba ver cuando hombres iban y se las compraban a su pareja, y estas ultimas se alegraba por el regalo que les hacían

Ojalá alguien me regalara flores

Es lo que llegaba a pensar en muchas ocasiones

A veces pensaba que no estaba hecha para el amor y que posiblemente me quedaría sola por toda mi vida

Trataba de quitarme los pensamientos negativos pero era inevitable

Después de una tarde de vender todas las flores, regrese a mi casa donde mi madre ya me esperaba
Me encantaba pasar por la entrada de mi hogar, esta misma se encontraba rodeada de dulces aromas que provenían de todas las flores que yacían ahí

- Madre iré a darme un baño al estanque de los arboles -

El estanque de los arboles, se llamaba de esa forma por estar escondida entre los grandes y frondosos arboles que afortunadamente no era muy conocida

- Cuídate hija, regresa antes de la cena -

Me cambie de ropa, me quite el vestido de campo que tenia y me puse un vestido blanco de una tela delgada

Me dispuse a salir de mi casa no sin antes de agarrar una toalla

Al llegar al estanque el cual se encontraba solo como siempre, me despoje de mi vestido y me metí ligeramente al agua, la cual se encontraba fría pero ayudaba a mi cuerpo a que se relajara

Narrador

Cerca del pequeño pueblo se encontraba cierto dios que de vez en cuando visitaba el hogar de los humanos en su tiempo libre.

Se encontraba caminando a través del verde pastizal sintiendo el fresco aire que había, hasta que se encontró a la vista el pueblo caracterizado por los colores llamativos de las flores

Este decidió ir, pero para poder entrar tenia que atravesar un pequeño bosque de grandes arboles frondosos y floreados

Al adentrarse al bosque empezó a escucho ruidos que provenían de por ahí cerca

Decidido a buscar el origen de estos ruidos encontró a una joven hermosa de cabellos dorados bañándose y disfrutando del agua

La joven al estar tan entretenida no se percato de la presencia de este hombre

El hombre por su parte se empezó a acercar para analizar mejor la situación y no fue hasta que piso unas ramas secas que estaban en su camino las cuales hicieron ruido

Y es cuando la joven se dio cuenta de la presencia de alguien más

Rápidamente agarro la toalla y se tapo

- ¿Quien está ahí? -

Irene se encontraba asustada, temiendo a que este hombre tuviera malas intenciones

- Disculpa, no era mi intención - El hombre se dio la vuelta dispuesto a irse y es que en verdad no era su intención verla de más

Irene una vez que vio al hombre alejarse cambio su perspectiva

- ¿Quien eres? -

El hombre detuvo su andar y sin voltear hacia ella hablo

- Si te lo digo no me lo creerías -

Después de su respuesta hubo un pequeño silencio que solamente se escuchó el ruido de las hojas de los arboles moverse gracias a una débil ola de aire qué pasó en ese instante

Irene se puso su vestido blanco que tenía puesto antes mientras esperaba la respuesta de este misterioso hombre

- Yo soy Irene - Se presento la joven - No eres de por aquí ¿cierto? Nunca te había visto -

El hombre decidido volteó a ver a Irene acercándose a ella

- Tienes razón no soy de por aquí... - expreso

Irene esperaba su otra respuesta, pues el hombre aún no terminaba de hablar

- Yo soy Hades, el rey del inframundo -