Dunya se dirigió a su casa después de un día agotador. Su casa estaba a unos metros de donde estudiaba, eso era una ventaja para ella. Abrió la puerta de su casa y saludó a su madre. Aunque su madre siempre la decía que sonriera un poco más, a Dunya no la salía. Su madre, llamada Tatiana debido a que ella nació en Rusia y de ahí ambos nombres, era un poquito más alta que Dunya, ojos marrones y de corporación normal. Era bastante atractiva para ser una madre de 44 años que cuidaba sola a su hija adolescente de 18 recién cumplidos ese año.
Dunya se sentó en el sofá a ver un rato la televisión. La gustaba ver las noticias y estar enterada de todo lo que está pasando en el mundo. Puede que fuera una afición, o puede que tuviera que ver con el significado de su nombre, que significa ''mundo''. En ese momento estaban dando una noticia donde un terremoto había saqueado media India. Dunya se sorprendió y puso más atención de lo habitual. No se explicaba por qué, pero algo dentro de ella se encendió. Pero enseguida se puso a pensar en otras cosas como en la cantidad de exámenes que tenía por delante. Era una chica aplicada y se estresaba bastante en época de exámenes, como la mayoría de los estudiantes.
Como de costumbre, Dunya se puso a estudiar toda la tarde. Mañana le esperaba otro día agotador. Ella se consolaba con que al día siguiente quedaba un día menos para acabar.
En el instituto tenía dos amigas que la ayudaban en lo que necesitaba. Rocío, una chica que le encantaba leer, era atenta y a veces despistada, algo incompatible. Tenía los ojos marrones oscuros, pelo castaño y era de estatura media. Su carácter era de extrema bipolaridad y no sabías como te iba a contestar; y Ainara, una chica de estatura media, ojos marrones, pelo castaño y muy chistosa. Se pasaba los días haciendo y diciendo bromas para animar cuando las demás tenían un mal día, haciendo cualquier tontería, etc. Dunya pensaba que de mayor iba a ser payaso. Sin duda era una profesión que le venía como anillo al dedo. Pero no era el caso.
Aquel día tenían examen de griego. Las traducciones eran complicadas, pero Dunya las sacaba como podía. Se le dio bien ese examen y para celebrar que era uno de los últimos se fue a cenar con Rocío y Ainara. No disponían de mucho dinero, por lo que se fueron al Mcdonals.
-¿Habéis visto el terremoto en la India? -comentó Rocío sorprendida.
-Sí, y menudo desastre. No me gustaría vivir allí, la verdad -contestó Ainara.
-Chicas, os tengo que comentar algo. Cuando lo vi en las noticias algo dentro mío quiso salir.
-Será tu espíritu solidario -dijo y comenzaron a reír.
Dunya no se tomó mal ese comentario, de hecho ella es solidaria, pero al ver que sus amigas no la entendían decidió dejarlo pasar.
Fue una velada estupenda, con múltiples risas y hablando de todo un poco. De los exámenes que les quedaban, de los amoríos de las tres,etc. Aunque Dunya no tenía nada con nadie, les seguía el rollo.
Con el fin de la cena se fueron cada una a su casa. Vivían muy cerca unas de otras, por lo que se acompañaron.
