Y como si de un sueño se tratase, ahí estaba de nuevo... Sentada junto a Jisoo. Una vez más había ido hasta mi estación, con la promesa de viajar juntas tal y como lo había dicho el día anterior. Pero sentía que me mentía, siempre nos vemos... No tenía porque venir hasta mí. Aunque me gustaba que lo hiciera, me hacía sentir especial, como si le interesara.
No comiences a hacerte falsas ilusiones, Chaeyoung.
―Entonces estudias Música...― Pronunció luego de que le contará un poco de mi vida.―Pues... Yo en este año me gradúo. Estudio literatura, como te habrás dado cuenta.― Me dió un ligero codazo, recordándome que ví sin su permiso su libreta.
―Basta, unnie... Te he pedido disculpas.― Le miré con una sonrisa, esperando que funcionara y con esto dejará de recordarlo.
―Estoy jugando, Chaeyoung.― Sin más, llevo su mano hasta mi cabeza donde ahí despeinó mi cabello juguetonamente. Sentí como si un rayo me atravesará, uno muy bonito que no me iba a causar la muerte.
Creo.
―Además.― Agregó.―He dicho que te debo algo, eres mi salvadora... Eres un ángel. ¿Cómo debería pagarte?― Bajó su mano lentamente de mi cabellera y me miro con aquella expresión seria que me cautivo desde el primer momento en que la ví. Nunca creí que me dedicara a mi una de sus miradas.
¿De verdad sigo viva?
―¿Chaeyoung?― Interrumpió mis pensamientos.
―¡No es necesario! Los ángeles no andan por aquí cobrando los favores que les hacen a los humanos, ¿o sí?
―¿Ah, no? ¿Entonces qué haces aquí en la tierra, ángel?
Sentí como la sangre se me amontonó en las mejillas. Jisoo me había llamado ángel. ¿Eso era coquetear, acaso? ¿Ella... era como yo?
¡Basta, Chaeyoung! Si rompe tus ilusiones también te romperá a ti.
―No soy un ángel, unnie.― Rasqué con nerviosismo mi mejilla, tratando de ocultar el rubor que traía.
―¡Acabo de ver a un ángel sonrojarse! Debe ser mi día de suerte.
¿Cómo puede decir aquello sin ni siquiera pensar lo que causa en mí? Sólo lo hizo y se acomodó sobre el respaldo del asiento. Como si de su propia cama se tratase.
De pronto, el tren frenó su marcha de manera abrupta, sorprendiéndonos. Del fuerte movimiento, me recargue sobre la mayor.
Mi corazón de pronto dolió. Se suponía que debía evitar cualquier tipo de "sustos" pues mi cuerpo no es apto para ello o algo así menciono el doctor. Trataba de controlar mi respiración, el tren se detuvo y los focos que alumbraban el lugar comenzaron a parpadear.
Dios me escucho, se detuvo el tiempo hoy.
―Chaeyoung, ¿estás bien?― Me miró preocupada mientras me sostenía y se reacomodaba sobre su lugar.
―Sí, solo me asusté.― Me faltaba el aire y apenas pude susurrar.
―¿Segura?― Insistió pasando su mano por mi mejilla, tomándola delicadamente sin dejar de observarme.
―¿Por qué te mentiría, unnie?― Y lo hice, mentí.
―Está bien...― Dejó de insistir y miró a su alrededor quitando sus manos sobre mí, lo agradecí. Sentir sus manos era una sensación increíble pero mi cuerpo no lo soportaba, me ponía lo suficientemente nerviosa como para hacerme daño a mi misma.―Parece que ha habido una falla en el tren y por eso nos detenemos.
―Si...― No quería fallar, no hoy. No ahorita. No frente a ella.
Saque de mi mochila el pastillero que me acompañaba a todos lados desde hacía dos años y con ayuda de mi agua, la tragué. Me recosté sobre el respaldo del asiento y miré el techo.
Tienes que controlarte, ella te esta mirando.
―¿Estás enferma?― Me preguntó analizando mi rostro.
―Algo así.― Ya mas tranquila, me atreví a mirarle.
―¿Más que una simple gripe?
―Aja, pero... Ya estoy mucho mejor, ¿sabes? Pronto me curaré.― Dije esperanzada, y me despegué del asiento.
―Me alegro...― Y dudando entre agregar algo más.―Eh... ¿Puedo decirte algo? Quizás suene muy raro pero quiero hacerlo. Además, parece que el mundo ha conspirado para que lo haga. Me regaló más tiempo a tu lado.
Sonreí.
Sonreí achicando los ojos como muy pocas veces lo hacía pues Kim Jisoo, la chica seria que creía que todo este tiempo me había estado ignorando, estaba frente a mí. Nerviosa.
―Dime, unnie. Te escucharé.
―Sé que hasta ahora comenzamos a hablar y sólo apenas te conocí realmente pero... Por alguna razón inexplicable, los fines de semana yo... Yo te extrañaba.― Bajó la mirada evitando la mía.―Eso ha sonado demasiado extraño, lo siento.
―¿Me extrañabas?
―Aún no he terminado, respeta.― Me regañó y yo me disculpe, callándome una vez más para dejarla terminar esta vez.―Hay otra forma para llegar a mi Facultad, ¿sabes? Una más fácil y rápida. Pero desde que te ví, prefiero esta ruta.
―¿Por qué, unnie?― Pregunté con cierta incredulidad en mi tono de voz.
―Se me hizo costumbre verte, creo.― Soltó sin más.
―Y, quizás suene extraño... Pero eres bonita, me gustan las cosas bonitas.
―Unnie... No soy bonita.― Mis mejillas volvieron a arder y con toda la pena del mundo, lleve mis manos a mi rostro para ocultarlas de la mayor. Debía estar soñando, sin duda es demasiado para ser realidad.
No soy más que un extraña, ¿por qué yo?
―Lo eres. No me repliques.
―Pero...
―Se que quizás estés pensando, "oh porque una chica me diría eso, que extraño es, debería huir". Pero, dado que soy escritora, me gusta expresar mis sentimientos... Aunque a veces me cueste.― Continuó con su discurso, chocando sus palabras, realmente estaba nerviosa. Y me sentí afortunada sus por verle así.
―No estoy pensando eso, unnie.
―¿No?― Preguntó extrañada.
―En lo absoluto, ¿por qué estaría mal que una chica le diga a otra que es bonita? No es como si lo fuera pero...
―Lo eres.― Volvió a interrumpir.―Y tienes razón, no hay nada de malo en ello.
El tren volvió a avanzar y mi corazón volvió a latir con mayor intensidad pero sin dolor. Esta vez era Kim Jisoo la que causaba que mis latidos aumentaran, la chica que hacía que me enamorara de ella cada cinco segundos.
❝Yo no te conozco y ya te echaba de menos.❞
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Jueves » chaesoo
FanfictionPark Chaeyoung comparte el mismo tren de lunes a viernes a la misma hora junto a Kim Jisoo. Chaeyoung está completamente enamorada de aquella chica pero ella no la ve. O al menos eso piensa. • 𝘒𝘫𝘴 + 𝘗𝘤𝘺 • Adaptación, todos los créditos a @imsu...