wata kashi blood

el fin de la esperanza

Aunque si todo fuera de color rosa realmente no lo era puesto que aquel delgado chico no
logró llevarse bien con él reciente gerente de la tienda, quien lo miraba de manera
despectiva y clasista,
haciéndole malos comentarios acerca de su aspecto apesar de que el
uniforme que llevaban era el mismo, solo que el suyo llevaba una ligera corbata, con las
tonalidades de un helado de fresa

Incluso llegó a agredirlo físicamente cosa de la que Itami
ya estaba mas que acostumbrado

Por lo menos había algo bueno en todo esto, Itami descubrió que los dulces eran su pasión
oculta, lo hacían feliz y le ayudaban a reprimir sus más internos impulsos de asesinato hacia
su arrogante gerente,
quien día a día lo amenazaba de despedirlo por el siemple hecho de
que no le agradaba, sumiendolo en una pelea interna contra sus pensamientos psicópatas y
deseos de matar

A esto, empezó a envenenar de a poco los dulces que salían de aquella fábrica con
arsénico que guardaba excusándose que era para el mantenimiento de la madera con la
que trabajaban los dulces

Si bien no le causaba felicidad,le causaba fascinación ver cómo los niños ponían una cara
de asco al probar esos tóxicos dulces, él sabía que les arruinaba su felicidad, aquella
felicidad que él tanto deseó hace muchos años pero aun asi seguia en conflicto no quería
realmente hacer eso, si su padre le robó la felicidad de pequeño y el ahora lo hacía con
estos niños que realmente no tenían la culpa ¿era como su padre? preguntaba una y otra
vez cada que la culpa lo consumía, recordando además la muerte de su amigo la cual le
seguía quemando por dentro hasta el día de hoy.

Afortunadamente con el dinero que ganaba, el cual no era mucho, pudo pagar nuevamente
el departamento en el que alguna vez vivió, pero no le gustaba habitarlo a sabiendas de
que él había asesinado e incinerado a Brian, perseguido por la culpa día y noche en el que
estaba ahí.

Un oportuno día, el gerente llamado Goman puso cámaras de seguridad sin avisarle a Itami
en todos lados incluyendo aquella sala secreta en la que el güero colocaba cuidadosamente
el arsénico en los brillantes caramelos, de esta forma se dio cuenta de las atrocidades que
estaba cometiendo a sus espaldas, cosa que realmente lo aterro, se lo esperaba de todos
menos de el, pensando para si mismo que aquel "tierno" y mimado joven el tonto favorito
del dueño era verdaderamente un psicópata

Sin esperar, decidió enfrentarlo, Itami se encontraba como de costumbre, trabajando en la
parte trasera de la fábrica donde hervían el caramelo.Cuando el de cabellos rubios vio a Goman entrar pensó que era a causa de algún pequeño
malentendido o una noticia sin mayor importancia, hasta que dijo algo que le erizó los
cabellos

-¿Cómo pudiste hacer esto?-

gritaba exaltado

- ¡eres un monstruo al que no le basta arruinar
las sonrisas de niños inocentes, incluso pusiste en peligro mi trabajo ¿¡quien rayos te
crees!?, sabía que confiar en alguien como tú, era una terrible idea, ¿así es como le
agradeces al buen señor que te permitió este trabajo?-

dijo con una mueca seria y enojada

Ignorando completamente la seriedad del asunto, Itami no dejo de notar la arrogancia en las
palabras del gerente,que a pesar de todo, entro en panico demostrando que realmente no
era tan valiente como él creía intentando asesinar al gerente aventándose contra él sin éxito
puesto que el arrogante señor se defendió y lo empujó a la máquina de caramelo hirviendo
por "defensa propia" dando así fin a la vida de un "pobre" chico con una decadente vida
¿o
no?
pero mientras el crédulo gerente así lo viera, estaba bien
Al pasar el día, el gerente lo había disfrazado como un simple "accidente laboral" sin
adentrarse en detalles dejando como consecuencia, una nula investigación asumiendo que
el cuerpo se había fundido instantáneamente con el caramelo pero... ¿enserio asi murio
nuestro asesino de infantes, Itami?