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Aterricé en el techo de un tren, me estaba columpiando por las ciudad cuando derrepente recordé que el día de mañana tendría un examen pero como siempre me había dicho a mi misma que estudiaría un semana antes pero todos los días me daba una flojera gigantescas y no estudiaba, terminaba jugando o leyendo algo nada que ver con la materia. Se que columpiandome o saltando llegaría más rápido a mi casa pero no tenía muchas ganas de llegar a casa aquí es menor el tren, esperaría a la siguiente parada para bajar del techo y subir como una persona completamente normal.
Y así fue, subí como una persona normal al tren pero para mi suerte subí con el traje y algunas personas voltearon a mirarme, al llegar a mi parada comencé a caminar a casa al llegar entre por la ventana y rápidamente me cambie de ropa, el uniforme de la escuela, salí nuevamente por la ventana y toque el timbre de mi casa, mi tía abrió la puerta, me miro con una cara molesta y me hizo pasar.
—¿Donde haz estado?— Pregunto seriamente — responde rápido si no quieres que llame a tu Tata.
—En la escuela, siempre estoy ahí— sonreí.
—Deja de mentir señorita, hoy me llamaron de la Uni, me han dicho que has estado faltando a clases— se me acerco un poco alterada —Dime, ¿te has estado drogando?
Que mierda!
—No, claro que no— le tomé de lo hombros al notar que casi cae al suelo
—Dime que he hecho mal para que estés faltando de esta manera, ¿he hecho algo mal como Tía y madrina?— Pregunto mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas —se sincera, así yo podré mejorar.
—Claro que no, no has hecho nada malo, solo...es mi culpa si, ya no llores— le sonrei —ya no volveré a faltar, ¿esta bien?.
Mi tía asintió tomo postura y me sonrió, me dijo que fuera a buscar a mi Tata, que íbamos a tomar once, fui a su habitación y le abrí la puerta lentamente para no tratar de no despertarlo de una manera tan alborotada, estaba durmiendo así que lo desperté y le ayude a llegar al comedor, ayude a mi tía a poner la mesa, cuando derrepente recibí una llamada, tomé el cel y al ver de quien se trataba salí al patio para atender la llamada.
Miles Mortadela :b
—Buenoooooo
—Buenas tardes señorita spidey — escuche un risa del otro lado.
—Con ella habla, ¿que necesita?
—sabe, el día de hoy una estudiante falto a sus clases de informática y le quería informar que esta por reprobar informática.
—¿¡Que?!, ¡Miles debes estar webiando!
—No, y/n, no estoy jugando, se supone que nos íbamos a turnarnos la vigilancia de la cuidad, y ahora estas por reprobar informática y casi Química.
—Mierda...igual tu calla que has faltando a 6 clases de español. Y a mi tía la llamaron de la Uni, lloro y se culpaba por supuestamente fallarme
—Carajo, la cosa está fuerte, pero oye la profesora me dijo que te dijera que tienes hasta el lunes para entregar todos lo trabajos para que no repruebes su clase.
—Enserió?, ¡Miles te amo!, eres el mejor amigo que he podido ten...
Guarde silencio ya que escuche como un ventana se rompía, miré hacia todos los lados cuando nuevamente escuché algo pero esta vez fueron gritos, gritos de mi tía.
—Miles debo irme.
—Oye todo esta bi...
Corte antes que pudiera terminar su frase, rápidamente entre a mi casa, quedé atónita con la escena, mi abuelo estaba tirado en el suelo al igual que mi tía, me acerqué a ambos rápidamente, mierda, mierda, tomé el pulso de mi abuelo, el ya no...
Mis lágrimas brotaron por mis mejillas cuando escuché unas voces que provenían de arriba, el segundo piso, miré hacia el cuerpo de mi tía, se estaba moviendo así que decidí subir, no dejaría esto así. Al subir todo estaba hecho un desastre varias cosas tiranías en el suelo, entre silenciosamente a una de la habitaciones, ahí había un hombre así que me lancé encima y comencé a golpearlo hasta que su cara no quedara reconocible, miré hacia atrás, allí estaba Miles vistiendo su traje de Spider-man, se quito la máscara y me abrazo.
—Tranquila
Mencionó y me aferre a sus brazos mientras lloraba, aún no podía creer que algo así había pasado.
—Tranquila, desahogate, llora todo lo que sea necesario, no te guardes nada.
Esas palabras, aquellas palabras me hicieron tenerle un aprecio a miles, un aprecio de familia.
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