Como un simple chicle puede cambiar tu vida. Historia de una chica cualquiera que conoce a su casi-tío por primera vez. Ella no sabe que él le dará una dulce lección
Nos habían invitado a pasar el fin de semana a la casa de mi tío, bueno en realidad es el tío de mi hermanastra al cual no conozco. Recientemente se había separado de su mujer, seguro debe ser un viejo aburrido pero lo más aburrido era ir allí. Mi madre insistió tanto que me convenció. Armé mi maleta, me puse unos jeans cómodos y una remera. En cuanto a mi cabello lo dejé suelto.Tomé mis auriculares y nos fuimos. Después de mil horas de viaje, llegamos. Me bajo del auto y mi madre me mira. - Y esa cara? -No es nada ma- Obviamente traigo esta cara porque no quiero estar acá mamá! Respiro profundo y me dirijo hacia la entrada. Aún no tenía idea de la sorpresa que me esperaba detrás de la puerta. Antes de llegar a la entrada, la puerta de la gran mansión se abrió de par par y como un terremoto veo como una pequeña personita corre hacia mi. Es mi primo Santino.
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- Prima Mary! Tenía tantas ganas de conocerte! - Hola enano! Yo tambien. - Me agacho un poco para saludarlo. Levanto mi vista y no puedo creer lo que mis ojos están viendo. Un hombre o un monumento a la belleza, no sé, mi cerebro acababa de dejar de funcionar. Tendría mi edad, unos treinta años, cuerpo bien trabajado, seguro debe ser deportista, cabello negro,sonrisa perfecta, estaba parado en la puerta. El tío viejo era en realidad un apuesto y joven tío soltero! Me quedé paralizada sin poder moverme. Creo que después de todo no estuvo mal venir. A medida que me acerco voy sintiendo su perfume que se intensifica cuando llego a su lado. Es alto, muy alto.
- Hola soy Damian un gusto. - Me saluda sonriendo algo tímido. Oh esa sonrisa,creo que es mi nuevo vicio. Se saluda con mi madre. - Hola señora encantado de conocerla. Que tonta por un momento pensé que estaba coqueteando conmigo, solo estaba siendo amable. Un tipo como él nunca le daría bola a una niña malcriada como yo. ... El almuerzo estuvo increíble, jamás comí tan bien en mi vida. Durante la comida no dejábamos de cruzar miradas. Ya teníamos más confianza, hasta nos hacíamos chistes.
Estábamos en la sala comiendo algunas golosinas. Y esta es la historia de cuando por primera vez quise ser huérfana - Mamá: sabían que Mary no sabe hacer globo con el chicle? Tragame tierra, pensé. - Damian: en serio? Jaja no sabe. Me hace burla. Le doy una mirada a mi madre de esas que dicen "voy a asesinarte ahora mismo" Damian se levanta y comienza a gritar "no sabe hacer globo" - Basta Damian! - Le grito y salgo corriendo detrás de él. De pronto desaparece,no lo encuentro, lo perdí de vista. Caminando por el pasillo llego hasta su habitación y entro al vestidor. Tal vez no esté aquí, dije en voz baja. Doy la vuelta y está detrás de mi. Pego un salto del susto. - Damian! Me vas a infartar! - Lo regañé dándole una palmada en el brazo. Se ríe. Dios mio es hermoso. Bajo a la tierra porque su sonrisa dejó por los cielos y me doy cuenta de que estamos muy cerca. Él es muy alto y estoy nerviosa.
- Que haces acá? Le pregunto algo agitada - Estaba esperándote. Dice mirándome a los ojos. No puedo dejar de mirar su boca. Su maldita boca. - Damian: Quería enseñarte lo del globo - Ah si! dije tratando de pensar en otra cosa - Lo hacemos aca? Pregunté Me mira confundido - Lo del chicle. Le digo señalando unos que tenía en su mano. - Damian: Ah si porque no quiero que Santi coma más,ya sabes puede hacerle mal. -Te entiendo. Dije ... Sé que está explicandome algo pero no lo escucho, estoy perdida en sus labios, en como se mueven al hablar. Parece como si bailaran al ritmo de sus palabras.
- Damian: entonces tenes que poner la lengua así como cuándo das un beso, entendes? - Eh? Ah. Dije pretendiendo haber escuchado - Entendes? Me dice sonriendo pasando su lengua por los labios Mierda ya se dio cuenta que estaba mirándole la boca - Si es que yo... no... -Bajo la mirada - Damian: No que? Me toma del mentón y hace que lo mire. - Yo no...sé... - Damian: nunca has dado un beso? Preguntó estupefacto - No. Vuelvo a bajar la mirada de la vergüenza. Muerdo mis labios - Que raro. Dice él - Co-como? - Dije con la voz entrecortada - Damian: que raro porque con una chica tan linda cómo vos, cualquier chico quisiera dar ese gran paso.
Trago saliva Sonrío nerviosa Nos miramos Me muerdo ligeramente los labios Él los toca con su dedo y traga saliva
- Damian: Entonces tendré que enseñarte . Susurró él con su voz ronca a centímetros de mi boca
Que rayos dijo?!?! Antes de que pudiera contestarle, me toma de la cintura y la rodea con sus largos brazos pegándome a su cuerpo. Apoyo mis manos en su pecho y vuelvo a morder mis labios Estamos tan cerca que puedo sentir su respiración.
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Dios si esto es un sueño no me despiertes! Sonrío levemente pero muero de la vergüenza, debo estar roja como un tomate. Él roza suavemente su nariz con la mia.
- Puedo? Dice con una sonrisa en ese bello rostro Cierro los ojos Abro mis labios por instinto Escucho que suelta una pequeña risa y me besa Nuestras bocas se funden en un cálido y tierno beso, con movimientos suaves y lentos Sus labios sabían a fresa por el chicle.
Parecía como si el tiempo se hubiera detenido. Deseaba que nunca termine, por dios no dejes de besarme. Pensaba Nos sepamos y sonreímos.
- Aprendes rápido. Dice él en tono pícaro - Damian!!! Lo golpeo y suelta una carcajada Salimos de su cuarto - Damian: espera! Se agacha un poco y me dice al oido: - Si no entendiste bien puedo volver a explicártelo las veces que quieras. Siento mis mejillas arder. Éste hombre me trae enamorada Me guiña un ojo y me da un beso en la mejilla. Nos miramos y reímos como dos adolescentes enamorados. Fin.
