Mindfulless

Mindfulness

Quiero estar dormida. Desde hace un tiempo es la única idea que pasaba por la mente de ella. Es extraño que deseara tanto estar dormida cuando uno de los miedos más firmemente establecidos en su mente era el de la muerte, temía la perdida de la conciencia, la lucidez -Me voy a perder que pasará mañana con el mundo.

Tal vez sea la esperanza la que no quiero perder, pero que tedioso es esperar ¡Que tremendamente abrumador es esperar mañana no sentirme así o sentirme de aquel modo! aun así si alguien me ofreciera vida eterna la aceptaría sin pensarlo.

Aquel día se había encerrado en el baño de su oficina, aquel baño que prefería oscuro, así se veía menos grande, más familiar. Se encerró y se tumbó en el suelo como se sienta un yogui dispuesto a meditar, con las piernas cruzadas intento respirar pero el pecho se sentía duro como si al intentar llenar los pulmones ya hubiera una cantidad suficiente que impedía la entrada de más oxígeno, a la hora de exhalar salía también a medias algo se quedaba atorado. Un grito un llanto ahogado tal vez. Pero no era momento de poner atención en eso, había que escuchar la voz con acento castellano de aquella mujer que dirigía el mindfulness . -Encuentra la respiración para estar presente, en cada exhalación deja libre ese pensamiento, no pelees con él, déjalo fluir y míralo con la simpatía con la que se mira a un niño jugar. - Como voy a ver con simpatía esto que me hace sentir vacío el estómago y rellenos los pulmones.

Decidida a cambiar su destino a cambiar su cotidianidad hacía algunos meses  se enrolo en una aplicación para conocer personas, con la clara intención de por lo menos experimentar una relación íntima que calmara sus horas de soledad. El primer perfil con el que se cruzo es el mismo que hoy la tenía en aquel baño oscuro y medio familiar respirando como si no supiera hacerlo, como si no llevara una vida respirando.

¿Cómo era él? Era como ella quería que fuera, como lo necesitaba, tenía un nombre ,un rostro y un cuerpo, lo demás lo diseño ella con tal precisión que hoy extrañaba los detalles de la personalidad que lo hacían tan él, tan único, tan digno de causarle aquel estado alterado que la llevo a encerrarse en el baño de su oficina.

Lo  que si  era real era aquel olor, a soledad a abandonado ¿has olido una prenda de vestir que sacas de aquella caja que esta arrecholada desde hace años, en aquel cuarto que no sirve más que para guardar memorias muertas y apegos innecesarios? si, pues así olía el, así olía su casa su entorno, su vida... Eso se dijo aquella noche tumbada desnuda en la cama de él. Me gusta ese olor.

Olor a solo.

En el baño siguiendo el ritmo de su respiración deficiente, recordaría tres sucesos, tres acontecimientos que le rondaban en el alma. Lo recordó tomándola de la mano para dirigirla a su recamara ,también como la rodeo con sus brazos mientras esperaban el servicio en el restauran lleno de árboles , estos no dejaban entrar la luz al patio en donde estaban dispuestas las mesas , colgaban farolitos con un foco en forma de vela que ni pobremente alumbraban. Y lo recordó diciendo lo único amable y halagador que salió de su boca "Me gustas" - Me han dicho cosas más dulces, más significativas. - Pero ese "me gustas" calaban hondo en aquel cuerpo desnudo aquel cuerpo que necesitaba aquella mustia confesión.

Sabía lo que era ser amada, antes la habían amado pero ahora quería ser amada. Cuando el amor se recibe sin esperarlo se siente diferente, se siente merecido ese tipo de amor exalta tanto al ser que terminas aceptándolo tan naturalmente y se deja de esperar , se asume que se pose. Pero cuando quieres recibirlo eres semejante a aquel niño que después de cumplir con todas sus tareas y obligaciones espera de la mano del padre esa palmadita, esa mirada de aprobación con el lenguaje que no requiere de sonidos ,de explicaciones se entiende que se logró , sabe a triunfo.

Esperaba que de sus sacrificios y muestras de amor naciera en aquel hombre el interés que ella había imprimido en esta moderna forma de unir a dos personas que están solas ¿Qué me falto? ¿Qué no hice bien? ¿Debí hacer esto o no debí mostrar aquello?.- Eran preguntas sin respuesta, respuesta que en el fondo ella conocía.

Trataba de ver con "simpatía " aquellos recuerdos, pasaban los minutos y la mujer del mindfulness había dejado de hablar, ni ella sabía que más decir que pudiera calmar aquel sentimiento de vacío en el estómago - ¿Ya habrá mandado los buenos días?- El enviaba un "Que tengas un buen día" todas las mañanas a horas tan diferentes que no se podía determinar un patrón exacto. Inhalo profundamente por última vez, pauso la meditación, no la va a terminar. Se levanta sintiéndose extrañamente mejor, deja el celular en el escritorio, sale de su oficina y se envuelve en una plática trivial con sus compañeros, ríe, ríe mucho, regresa a la oficina y allí esta ese artefacto desdichado sin alma y malévolo - ¿Envió ya el "buenos días "?, tomo al artefacto malvado, no había nada - Cuatro mensajes no leídos - ni uno de él, no valían la pena.

Pasado el mediodía se entretuvo hablando amenamente con aquel otro tipo de la app que después de tanto hablar, seguía sin hacer alguna invitación concreta -Que sujeto tan extraño, ¡debe estar horroroso! Por eso no quiere que nos veamos. -Reviso los vistos de la publicación que había subido, una foto de ella realmente preciosa y la  fecha de un concierto. Él las vio y no comento nada- Por lo visto si había despertado.

Consulto su horóscopo -"ACUARIO! ALGUIEN SE PODRÍA ESTAR ENAMORANDO! ESTO TE SORPRENDE!" - Seguro es el chico raro -. Paso casi una hora tratando de encontrar un video que le predijera algo más acorde a la necesidad actual, no encontró nada.

¿Será que debo enviar yo un mensaje? desde ayer y después del saludo cotidiano ya no ha hablado mas ¿Sera que está ocupado? Está en línea ¿Será que el espera mi mensaje primero?

Mientras tanto dieron las 6pm, hora de a salir a casa- Ahora si ya falta menos ya casi llega la hora de dormir .