Capítulo Único

3.3K 297 57
                                    

Todo estaba decidido era el final, ya nada tenía retorno entre los dos. Junto a él había pasado los mejores años de su adolescencia, siendo él su primer amor, a quien todo le entregó hasta su inocencia y él sin importarle absolutamente nada, frente a sus ojos con quien menos lo esperaba, lo engañó.
Y aunque su corazón destruido estaba, sería difícil poderlo olvidar, pero no imposible porque la vida sigue su curso y él valía demasiado, para derramar una lágrima por quienes no se lo merecían.
Allí en ése departamento quedarían los recuerdos que alguna vez lo hicieron muy feliz, en donde los sueños de pasar una vida juntos, se esfumarian al instante, en que al descubrirlo íntimamente con quien decía ser su mejor amiga, en mil pedazos su corazón quebró.

- Jungkook: a veces nos creemos invencibles, fuertes, poderosos, y pensamos que al mundo llevaremos por delante, que gracioso...porque no es así.
-(Suspirando y mirando todo a su alrededor.)
Si todo fuese tan sencillo, que al cerrar nuestros ojos pudiéramos olvidar todo lo malo que una vez nos lastimó, hace unos días atrás los hubiese cerrado con todas mis fuerzas y hoy no estaría por irme de aquí.
Pero estas son pruebas, que la vida nos pone al frente nuestro y con la frente en alto debemos continuar. No es el fin, por el contrario, es el comienzo de una nueva oportunidad para madurar, para valorarme y seguir como sea adelante. No olvidando el pasado ya que siempre formará parte de nuestra historia, y de lo vivido se aprende y si una vez feliz fui, el tiempo se encargará de cicatrizar mis heridas. Ya es hora, como decía mí padre cuando una puerta se cierra otras se abrirán.

Observando lo que una vez fue su hogar, cerrando sus ojos por unos segundos y esbozando en su rostro una sonrisa, girando su cuerpo y sosteniendo la manija de la puerta, a esta suavemente cerró.
Suspirando con tranquilidad de la casa salió, sus pasos bien marcados y él con su semblante relajado hasta su automóvil se acercó, acomodando sus pocas pertenencias que en su mochila llevaba, en la parte trasera de su automóvil. Luego de colocarse sus anteojos de sol, abrió la puerta de su coche y mirando por última vez la casa, se marchó.

Su destino era incierto no sabía lo que quería hacer, trabajo no le faltaba y antes de que todo sucediera una propuesta laboral en Seúl era la que lo había seducido.
Dinero de sus ahorros él tenía y aunque volver a comenzar de cero en su país nada fácil sería, nada opacaba esa sonrisa tan natural que su rostro tenía.

Habían transcurrido recién dos horas de viaje y aún quedaban seis horas y unos minutos más para llegar a Seúl, el sonido de su estómago pidiendo un poco de comida, lo obligaron a frenar en la gasolinera más próxima que había sobre la ruta.
Mientras giraba para entrar y estacionar su automóvil para poder almorzar, lo distrajo por unos segundos un joven que descendiendo de un colectivo, su valija se abría dejando carer un poco de sus pertenencias al piso.
Al verlo como se quejaba y sus cosas de mal humor a su maleta guardaba, hizo que sus anteojos los bajara un poco sobre su nariz, y sonriendo lo mirara.

De pronto el joven su cuerpo giró, y vio como Jungkook sonriendo no dejaba de mirarlo.
Llevando sus manos sobre su cintura ladeo su cabeza, y una de sus cejas arqueo mostrando con evidencia su molestia.

- Jimin: ¿se puede saber que es lo que te resulta tan gracioso? (preguntó con enfado en sus ojos, mientras sus mejillas tomaban un color rojizo), así lo compartes conmigo y ambos nos reímos, no te parece.

Acomodándose nuevamente los anteojos de sol, mientras lo hacía fue acercándose hasta donde estaba él.

- Jungkook: no te alteres, arrugas saldrán alrededor de tus ojos, y la verdad no tiene sentido.
Lo siento, no debí hacerlo lo sé y me disculpo por haberte puesto mal.
-(Queriéndolo ayudar a levantar sus pertenencias, la voz un tanto molesta hizo que frenara con su accionar.)

- Jimin: no hay ningún problema, ya está no hace falta que me ayude, puedo hacerlo solo.
- (Con indiferencia respondió.)

Reconociendo en su interior, que él hubiese actuado de la misma manera y tal vez ni hubiese respondido a la disculpa, decidido a no seguir interrumpíendolo, haciendo unos pasos para atrás y al mismo tiempo excusándose otra vez por su actitud, lo dejó y al drugstore se fue.
Ubicándose cerca de la pared vidriada, la carta con el menú que afrecían comenzó a leer.
Pero sin querer su visión la desvío por encima de sus manos, para mirar aquel joven que había despertado su interés.
El viento soplar movía sus cabellos rubios despeinándolos y aún así quedaba atractivo. Sonriendo por sus pensamientos, la mirada al menú volvío
nuevamente.
El tiempo pasó y luego de almorzar, su viaje debía continuar. Colocando en marcha su automóvil, a su destino quería llegar cuanto antes, pero al pasar por dónde estaba aquel joven de rostro aniñado, su auto frenó y sutilmente le preguntó sobre su destino.

"ILUSIÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora