Crema batida

364 66 22
                                    

-¿Puedo acompañarte a tu auto?-

Preguntó en voz baja a su acompañante, sumamente apenado.

-No me lo tomes a mal, pero he estado hablando con la nada la última hora, ir al estacionamiento no sería diferente-

-Puedo explicarlo, soy buena compañía pero…-

-Escucha, eres muy guapo y tus amigos me han hablado bien de ti, pero cuando salgo con alguien quiero que al menos me miré y tú, no lo has hecho-

-Y-Yo…-

-Fue un gusto, Chanyeol-

Unos billetes pagaron su parte y su "cita" se fue más rápido de lo que llegó, mirando la silla vacía sintió el peso de otra ausencia en su corazón.

Habían pasado dos semanas desde que su vida regresó a la "normalidad" y desde entonces, sus idas y venidas por restaurantes, cafeterías, bares, solo mostraba su patológica necesidad por olvidar a Candy Man.

Como una "relación" cortó todo vínculo con el streamer, dejó de seguirlo en sus redes sociales, canceló la suscripción al canal, incluso estuvo tentado a bloquearlo pero su estúpido sentimentalismo se lo impidió.

En sus palabras estaba bien, perfectamente, no se masturbaba como desquiciado o desvelaba horas, solo que, si le preguntaras a sus amigos, estaba desmoralizado, ojeroso y pálido, era como si algo le hubiera consumido la existencia dejando al viejo y aburrido Park Chanyeol de vuelta otra vez.

Lo normal debió haber sido hablar con alguien al respecto, después de todo desarrollo un apego hacia una persona idealizada en su imaginación, un chico que probablemente era menor de edad o alguno de esos viejos trastornados que se maquillan para parecer jóvenes, un sin fin de posibilidades, sin embargo, su propia timidez le impedía pedir una opinión externa por lo vergonzoso de la situación.

También se decía que si no hubiera enfocado sus frustraciones amorosas en aquellos vídeos, buscando algo que en esta vida actual nadie ya añoraba, sería feliz, conformista pero no vacío.

-¿Va a querer algo más?-El mesero se acercó amable-¿agua, vino…tequila?-

Confundido alzó la cabeza, un chico de cabello rosa uniformado le miraba cauteloso, era lindo.

-¿Tan mal me veo?-Se encogió de hombros

-De hecho no, así que no creo que esa sea la razón del porqué "ese" se marchó-

Sabía sus atributos, sin embargo, que se haya enfocado en su físico y lo dijera de forma tan directa lo tomó por sorpresa, le gustó su actitud osada.

-Es una larga historia…-

Por mucho que sí, necesitaba desahogarse, no iba a incomodar al mesero como esos borrachos en cantina, bastante tenía con su propia miseria.

-Mi turno acaba en cinco minutos, invitame a salir y podré escuchar esa larga historia-Dramatiza lo último

-¿Qué?-Eso…era inesperado-¿tú quieres…salir conmigo?-

-¡Acepto! Enseguida vuelvo-

Y se fue, dejándolo con la palabra en la boca.

No mentía cuando le dijo cinco minutos, es más, por el reloj en el pasillo podía decir tardó menos, sentándose frente a él con una sonrisa cuadrada, ya no tan formal como cuando lo atendía.

Desprendía un aire fresco, relajado y juvenil, de facciones finas pero marcadas con algunos lunares en sus mejillas y boca, la ropa lo hacía lucir moderno, pantalones deslavados, camiseta a cuadros amarilla, tenis con plataforma y ese tinte de inusual color resaltaba todo, Chanyeol no sabe cómo, pero por primera vez en ese tiempo se sintió pleno.

Mr. Candy ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora