Muy bien, ya que esta es una historia de psiquiatría, comencemos con algunas opciones de psiquiatría. ¿Se encogerá Ben
Fue a mediados de agosto, en medio de un gran desierto con nada más que arena y un camino por el que pasó un gran RV. El RV era conocido como Rustbucket, el vehículo pertenecía a Max Tennesen, quien junto con sus dos nietos Gwen y Ben se dirigía de regreso a casa.
Aburrido Ben miró por una ventana lateral, casi como si fuera a llorar. En su reloj se encuentra un dispositivo inusual, vagamente parecido a un reloj... El Omnitrix. El Omnitrix le dio a Ben una habilidad única, el poder de convertirse en uno de diez alienígenas. Al menos así fue como empezó, ahora los alienígenas de Ben se acercaban a los veinte. Cada uno tenía sus propias habilidades y forma, pero Ben no podía usarlo, tenía que guardar el dispositivo para cualquier posible amenaza que pudiera surgir.
Estaban en camino de regreso a la ciudad natal de Ben, mediados de agosto significaba que el verano casi había terminado y Ben todavía tenía asignaciones de verano que hacer al igual que Gwen.
Gwen, a diferencia de Ben, parecía estar tomando la situación con mucha más madurez, leyendo su libro de hechizos con una sonrisa satisfecha. Dejando de lado las apariencias, Gwen era una maga bastante talentosa, era más del tipo inteligente mientras que Ben era musculoso.
"¡¡¡¡Estoy aburrido!!!!" Ben gimió, pateando el costado del Rustbucket.
La pequeña patada pareció afectar a todo el vehículo, ya que se sacudió ligeramente.
"Tratar con él." La prima pelirroja de Ben dijo con impaciencia, sin pestañear de su libro.
"¡Yo también tengo hambre!" En confirmación, el estómago de Ben gruñó.
"Y el mundo se acabará si no consigues una hamburguesa".
"
Desde los dos años habló el abuelo Max, actualmente estaba conduciendo. "Si tienes hambre, come un poco de pie. Tengo algunas hamburguesas en el refrigerador. El microondas las calentará muy bien". Max siguió hablando pero Ben estaba fuera del alcance del oído, corrió a la nevera lo antes posible y comenzó a mordisquear las hamburguesas sin siquiera molestarse en masticarlas.
Caminando de regreso al frente del Rustbucket todo estaba en silencio, Max terminó de hablar. Sonriendo un poco, Gwen levantó la cabeza de su libro, "¿De qué estaban hechas esas hamburguesas, abuelo?"
En lo que aparentemente era un tono de aprobación, Max repitió lo que Ben se perdió: "Oh, son los mejores, hechos de gusanos italianos, caparazones de babosas canadienses y cocinados en aceites de cucaracha noruegos. ¡Mhm hm!"
RUIDO SORDO.
Ben, al escuchar eso literalmente se desmayó, Gwen sonrió con satisfacción.
Más tarde, posiblemente minutos u horas más tarde, Ben se despertó, sudando como si hubiera tenido una pesadilla.
"¡Bueno, me alegro de ver que estás despierto!" Se escuchó una voz, solo que esta voz era diferente... fuerte... realmente fuerte." Dirigiéndose a la persona, Ben estaba mirando a una giganta, y no cualquier giganta sino...
primo vengativo
“¡Gwen! ¿Qué está pasando, por qué eres enorme? Ben balbuceó mientras miraba el rostro colosal de su primo. Su rostro colgaba sobre él tan grande como una casa. Estaba inclinada hacia adelante, ahuecando la parte inferior de su cabeza en sus manos con los codos en el suelo. Ben miró hacia arriba de sus enormes brazos como pilares para mirar a Gwen a los ojos. El rostro de Gwen llenó la visión de Ben; dejándolo con la boca abierta y una mirada atónita en su rostro. Podía verse reflejado en sus brillantes ojos esmeralda, pero vio algo más en su mirada, una mirada divertida.
