Recuerda Conmigo

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Se escucharon diecisiete campanadas, lentas y cadenciosas, en medio de una total oscuridad. Poco a poco, se podía percibir el sonido del viento y el susurro de las ramas de los árboles volviendo a cobrar vida.

Era posible sentir la brisa acariciando el rostro, escuchar las olas del mar rompiendo en la orilla y presenciar cómo las hojas empezaban a brotar. La oscuridad se desvanecía mientras la luz nacía en este yermo oscuro, dando lugar a un renacimiento de vida.

En la distancia, se asomaba el sol por el horizonte, saludando con sus cálidos rayos. Una ciudad oculta entre las montañas se revelaba ante los ojos, rodeada de una exuberante vegetación y frondosos árboles. Los edificios parecían invitar a contemplar su majestuosidad, mientras la ausencia de vida humana era compensada por ramas y raíces cristalinas que se entrelazaban con las estructuras. Todas convergían hacia un gigantesco árbol en el centro de la ciudad, y apoyado en su tronco se encontraba un hombre vestido con una camisa blanca y pantalones negros.

Extendía el brazo en señal de invitación, animándote a subir al árbol. A medida que te acercabas, la oscuridad amenazaba con envolverte nuevamente, pero el árbol iluminaba tu camino y aún podías distinguir al hombre de la camisa blanca.

De repente, un agudo sonido atravesó tus oídos, impidiéndote avanzar hacia el hombre de la camisa blanca. Con las manos en la cabeza, soportaste el dolor, pero una voz se abrió paso por encima de todo y te dijo:

-"He esperado largo tiempo para este momento, esperando tu llegada"-

Alzaste la mirada, pero una intensa luz te deslumbraba, ocultando el rostro de Vo. Te pusiste de pie nuevamente y dirigiste tu mirada hacia la copa infinita del árbol.

Entonces, la voz de Vo volvió a hablar:

-"Durante incontables decallones de decallones, he visto el universo nacer, crecer y morir una y otra vez, repitiendo el ciclo hasta el infinito. Pero tú, tú eres la única diferencia en todos estos universos, porque sabes quién soy"-

Observaste cómo líneas se dibujaban desde las raíces hasta la copa infinita del árbol, multiplicándose sin cesar y dando origen a nuevas ramas. Intentaste dirigir tu mirada hacia Vo, mientras él continuaba hablando:

-"La existencia es como un árbol que se fragmenta en múltiples ramas, pero todas confluyen en un tronco que sigue creciendo hasta que es consumido por el frío, muere y renace una vez más. Somos infinitos, Helen"-

"Helen", ¿acaso ese es tu nombre? ¿Quién eres realmente y por qué estás aquí? ¿Es esto la realidad?

-"El universo alberga tantas historias más allá de su tronco. Hoy quiero que las escuches conmigo, quiero que recuerdes conmigo"-

dijo Vo, tomando suavemente tu mano. Ambos se acercaron al tronco y la oscuridad comenzó a ceder ante la incandescente luz del árbol infinito. Tu mirada se extendía cada vez más, como si te sumergieras en el interior del árbol a la velocidad de la luz. Avanzabas cada vez más rápido, hasta que, una vez más, todo se sumió en la oscuridad y escuchaste por última vez la voz de Vo:

"Recuerda conmigo, Helen".

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