Capítulo 1

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-¡I stay up too late, got nothing in my brain. That's what people say, that's what people say!

-¡I go on too many dates, but I can't make them stay. At least that's what people say, that's what people say!

-¡But I keep cruising, can't stop won't stop moving. It's like I got this music in my mind, saying it's gonna be alright!

-¡Cause the players gonna play, play, play, play, play. And the haters gonna hate, hate, hate, hate, hate. Baby I'm just gonna shake, shake, shake, shake, shake, SHAKE IT OFF, SHAKE IT OFF...!

O teníamos algo en la cara, o simplemente estábamos "cantando" demasiado fuerte. Aunque no sé si cantar es gritar por todos los pasillos como locas captando la atención de todos los alumnos y profesores a nuestro alrededor. ¿Porqué estoy hablando en plural? Pues por que...

-¿Mer? -me susurro Punzie dejando de "cantar".

-¿Si? -respondí con los ojos cerrados sin dejar de moverme al ritmo de la música.

-Todos nos están mirando...

Abrí mis ojos sin borrar la sonrisa de mis labios. Punzie tenia razón, todos nos miraban de una forma fija e incomoda.

-¡Hola a todos! -grite sin quitarme los audífonos. Algunos me lo correspondieron con una sonrisa agradable y otros solo respondieron la misma frase de una forma alegre-. ¡A ti también Hiccup! -me dirigí al chico de al fondo que nos miraba de una forma indiferente y fría.

-Dudo que te responda -negó Punzie.

-Yo también -me encogí de hombros-. ¿Vamos a clase?

-Bueno, adicta al Yaoi.

-¿Debería sentirme halagada u ofendida? -fruncí el ceño.

-Un poco de las dos -volvió a sonreir.

-Te perdono por que eres mi amiga.

-Cómo sea, ¡Corre qué llegaremos tarde!

Corrí tras Rapunzel causando que todo su cabello entrara en mi boca. No es que fuera feo, pero... usaba demasiado acondicionador.

-¿Trajiste el proyecto? -me miro Punzie recuperando el aliento en uno de los casilleros.

-¿Qué proyecto? -ladee mi cabeza antes de abrir mis ojos cómo platós.

-¡EL PROYECTO! -gritamos al unísono de una forma eufórica y nerviosa.

Esta soy yo, Mérida Dunbroch. Una chica completamente imperfecta y defectuosa a la vista del mundo, pero con el maravilloso don de saber escuchar. Quizá no soy una persona con curvas y cuerpo moldeado cómo mi prima Elsa, por que siendo sincera soy bastante gorda y bajita para mi edad... algo que no agradezco, pero tampoco rechazo cómo lo haría cualquier adolescente preocupada por su físico; creo que los defectos son lo qué hacen única a una persona, quizá por eso mis compañeros me aceptan cómo una más y no me aborrezcan por la forma en que luzco o me visto...

Pues... esta soy yo...

-¡Run bitch run! -gritaba Punzie mientras corría cómo una loca.

-¡Hago lo qué puedo! -respondí de la misma forma aflojando mi paso-. ¡Ya te alcanzo!

¡Ah! Se me olvidó un detalle, soy Asmática.

Saqué el inhalador de mi bolsillo y lo llevé hacía mi boca. Todo esto no eatuviera pasando si mi abuela no hubiera muerto de Asma.

-Estúpida Abuela -dije entre risas.

-¡Apresurate Mérida! -gritó Punzie a lo lejos.

-¡Qué ya voy! -le correspondí el grito.
Me levanté con un poco de dificultad y empecé a caminar a paso más lento. Las ventajas de ser gorda pensé con sarcasmo mientras me reía cómo tonta de mi misma.

¿Qué puedo decir? Hay que tomarse las cosas con humor.

De tanto caminar... si, caminar. Ya habían tocado para el receso, no era la primera vez que llegaba tarde, bueno, qué no llegaba a clase. Aún así no volvería a correr de nuevo, ni muerta vuelvo a correr.

En mis oídos sonaba American Idiot de Green day. Nunca fui gran fan del pop o la música romántica, en realidad la encontraba un poco aburrida. Pero el rock... el rock es simplemente WOW...

No sé en que momento mi trasero impacto en suelo causando que mi celular cayera y se desarmara todo.

-¡PEDRO! -grite desesperada.

Fue ahí cuando me di cuenta que el celular había caído a los pies de Hiccup Haddock, un chico triste y frío.

-¿Es tuyo? -preguntó con frialdad mientras lo recogía entre sus manos pálidas.

Asenti con algunas lágrimas en mis ojos. Lo sé, lo sé, llamenme infantil, pero... amaba a Pedro, no podía morir. Por favor no te mueras Pedrito.

-Ten -me lo entregó sorprendentemente armado.

Mi rostro se iluminó y salte arriba de Hiccup abrazandolo demasiado fuerte. No enserio, demasiado fuerte.

-No... puedo... respirar.

-Lo siento -me aparte-. ¿Te hice daño?

-Sólo... -me miro frío con el ceño fruncido-. Sólo alejate de mi.

Me aleje un poco de él y lo mire sorprendida. ¿Porqué me decía esto?

-Wow, wow, wow, wow... -levante mis manos en forma de stop-. Relaja las tetas hermano. No quiero problemas, gracias por el teléfono. Adiós.

No respondió y se fue dando zancadas a paso rapido. Me encogi de hombros y giré sobre mi misma para seguir caminando.

-Pero qué tío más raro...

Yo/TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora