CARNATIONS ๑ WINRINA OS

return

Son las once de la mañana, la luz del sol atraviesa el cristal de las ventanas iluminando todo el espacio del interior. El estudio está en total silencio a excepción del pequeño sonido del pincel untado en la pintura que luego se desliza sobre el lienzo, el que cobra vida con cada trazo que se mueve delicadamente y con precisión.

Su cabello castaño cae desordenadamente sobre sus hombros, enfocada en dedicar toda su atención a la pintura ni siquiera se toma la molestia de acomodarlo en una atadura rápida. Los ojos marrones que usualmente mantienen una mirada tierna y distraída ahora se mantienen fijos en un solo objetivo gracias al leve ceño fruncido y el deseo de ver esa obra terminada. Su ropa tiene manchas de pinturas secas y otras muy recientes, la camisa que solía ser blanca ahora es una mezcla de múltiples colores y los jeans viejos cobran un poco de vida bajo pequeñas manchas de rojo.

La punta de su lengua recorre sus labios humedeciéndolos, muerde pensativa una vez que detiene el movimiento de su mano dominante sobre el pincel. Parece que finalmente ha terminado y antes de empezar a analizarlo con mayor profundidad en busca de errores el sonido de la puerta abriéndose disipa sus intenciones.

—Un hermoso día y tú aquí.

A sus espaldas puede oír la voz de su amiga: suave, aguda y ruidosa bajo el leve eco que produce la espaciosa sala silenciosa. Escucha el paso de sus zapatos de plataforma pesada, los típicos que usa para verse un poco más alta y pronto vislumbra su presencia a un lado suyo con una caja llena de nuevos pinceles y acrílicos de todos los colores que necesita.

—Es mi trabajo, ya sabes, no hay días libres para mí.

Murmura. Su inspección sobre la pintura continúa con unos trazos extra, luego se detiene y lo examina una vez más. No sabe por qué esa mañana se levantó con deseos de crear claveles de múltiples colores, Minjeong lo asemeja a la añoranza que siente por una persona en específico, sabe lo mucho que su corazón la necesita, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. 

—¿Entonces nada puede dejar lo que estás haciendo en este momento?

—Exactamente, Ning.

—¿Qué pasa si digo... que la princesa Karina ha regresado? —su voz suena como un canto armonioso pero en realidad solo tararea un par de palabras que ponen en alerta los oídos curiosos de la artista.

—¿Qué has dicho? —pregunta casi exclamando por la sorpresa y de pronto la mujer a su lado obtiene toda su atención.

—Vi las noticias en el camino, llegó esta mañana.

La princesa había viajado a Connecticut con la intención de cursar un grado de ciencias políticas e historia en la universidad de Yale, completando sus estudios en resolución de conflictos y consolidación de la paz mundial. Durante esos dos años también trabajó arduamente en las Naciones Unidas en Nueva York y en la Embajada del reino en Washington. Hoy, finalmente, Karina estaba devuelta en casa.

Su corazón que latía tranquilamente ahora estaba en alerta, conmocionado y nervioso por la noticia recibida. Establecieron contacto una gran cantidad de veces a lo largo de esos interminables días donde la distancia y el tiempo eran los enemigos mortales de ambas, escuchar su voz a través del móvil se convirtió en un anhelo y buscar su nombre en el navegador una costumbre. Ahora que se encontraba aquí ¿Qué será de ellas?

La característica melodía del timbre en la puerta resonó al interior del estudio. Ningning la miró con una sonrisa cómplice y los ojos marrones temblaron nerviosos.

—Bueno, supongo que esa es la señal para marcharme. No te pongas nerviosa ¿De acuerdo? Solo expresa lo que siente tu corazón.

Asiente con la cabeza como un acto de reflejo pero su atención está puesta en los pensamientos corriendo uno tras otro despavoridos, ¿Por qué no estaba al tanto de esto? ¿Por qué a Karina le tiene que gustar tanto las sorpresas? Ahora debe lidiar con su cerebro y corazón golpeando con ansias cuando la puerta finalmente se abre, el silencio llena la habitación cuando unos nuevos pasos se acercan a la artista inmóvil.