Midnight Rain - Bruce Wayne

01

Juliana movía impaciente su pie, tenía un entrevista de trabajo, para ser mesera en una cafetería, pero algo es algo.

Miro el reloj en su muñeca impaciente, si bien apenas habían pasado cinco minutos de la hora acordada sus nervios le estaban haciendo pasar una mala pasada.

—¿Gustas más café? — Una voz a su lado la saco de sus pensamientos, se giró para ver una mujer con una cafetera en mano.

—Si. Gracias. — Fue lo único que respondió, si bien ya iba por su tercera taza de café, seguía ansiosa.

Después de servirle su café la mujer se retiró dejándola sola nuevamente. Volvió a ver su reloj como si no lo hubiera hecho un minuto atrás, pero no podía evitarlo, estaba nerviosa. Y cuando Juliana está nerviosa suele ser un desastre todo.

—Buen día, lamento la demora — Se escuchó nuevamente una voz a su lado —Tu debes ser Juliana, ¿no es así? — Se giró para ver a una mujer algo mayor — Soy María.

—Si. Un placer — Estiró su mano en dirección a la mujer que se sentó frente a ella en la mesa,

—Un gusto— Dijo la mujer estrechando su mano —Lamento la demora, ¿Tienes mucho tiempo esperando? —Le pregunto sacando algunos papeles de su bolso.

—No —Negó —Recien acabo de llegar y me pedí un café — Respondió con una sonrisa nerviosa.

—Bien, ahora —Su tono de voz cambió a uno más profesional cosa que la hizo sentir nerviosa — ¿Has trabajado antes en un lugar como este? — Preguntó observando uno de sus papeles.

No. Ni siquiera había trabajado antes — Pensó, más no lo dijo.

—No. Es mi primera vez trabajando en una cafetería — Dijo nerviosamente mientras la mujer frente a ella escribía algo.

—Bien, si te quedas con el trabajo aquí hay muchas personas que te pueden ayudar —Dijo dándole una sonrisa a la rubia que la hizo sentir más tranquila —Me permites tu identificación — Pidió

La rubia asintió mientras sacaba su identificación de su bolso.

—Aquí tienes —Dijo extendiendo la tarjeta hacía la mujer adulta.

La mujer no dijo nada simplemente tomo la pequeña tarjeta entre sus manos observandola.

—Juliana Winston —Leyó — Y dime, ¿Eres estudiante? —Pregunto devolviendo la tarjeta, la rubia la tomó guardando la en su bolso.

—Asi es, es por eso que necesito este empleo —Dijo, si bien no quería darle lastima, un poco de pena no estaría mal — Para ayudar a mi madre a pagar mi colegio — Dijo, no mentía.

—Bien. —Dijo mientras seguía anotando algunas cosas — Entonces, si estudias, ¿que turno te gustaría tener? —Pregunto María levantado su vista hacía la rubia frente a ella.

—Pues, el turno de la tarde estaría bien — Dijo pensado un poco.

—Bien, el turno de la tarde es de 4 de la tarde a 8 de la noche, ¿te parece bien? —Pregunto.

—Si, me parece perfecto — Dijo con una sonrisa, cada vez sentía el dinero para pagar sus estudios mas cerca.

—Bien. Entonces, Juliana, bienvenida — Dijo María extendiendo su mano hacia ella.

—Gracias, de verdad gracias — Dijo estrechando su mano con felicidad.

—En la parte trasera hay un closet, ahí verás una caja con uniformes, escoje uno de tu talla —Dijo empezando a recoger sus cosas — Inicias mañana, te veo luego, Juliana.

Al entrar a su casa, el sonido de la televisión inundó sus oídos. Vio a su madre sentada en el sofá con un tejido en su manos.

—Madre, ¿Que crees? —Hablo Juliana sentandose a su lado.

—Hola, hija. —Hablo su madre turnando su vista entre su tejido y el televisor —¿Que sucede?.

—Conseguí empleo — Dijo con una sonrisa.

Su madre detuvo su tedijo para voltear a verla —¿Que? —Preguntó —¿En dónde? —

—En una cafetería, cerca del iceberg lounge —Dijo con una pequeña.

—¿No había una peor?—Dijo negando levemente con la cabeza mientras volvía a su tedijo.

Juliana soltó un suspiro mientras jugaba nerviosamente con sus manos que descansaban en su regazo.

—Se que no es el mejor, créeme lo sé, pero algo es algo —Dijo mientras veía a su madre concentrada en lo suyo — Aparte, te ayudaré con el dinero, me iré a mi habitación —

—De acuerdo, en un momento calentare la cena —Dijo su madre mientras juliana se levantaba para subir a su habitación.

Al entrar a su habitación se dejó caer en su cama, no le sorprendió la actitud de su madre, ni la decepcionó, siempre era así. Desde su lugar en su cama vió algo en el cielo que siempre le gustaba admirar.

Esa señal, esa señal en cielo que indicaba que el estaba en la calles. Tenía que admitir que sentía cierta fascinación hacia ese hombre. Ese hombre que daba justicia por su propia mano.

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Holaaa
Bueno, si. Volví a subir esta parte y modificada. La verdad como la había publicado anteriormente no me gustaba.

También, me cree un Twitter Yei. Por ahí tal vez suba anuncios, y las portadas de las historias. Síganme como @urfavbecs

(☔⛈️)